Las horas están contadas para la sonda Cassini, cuyo trayecto concluye mañana cuando entre en la atmósfera de Saturno tras una misión de 13 años, en los que revolucionó el conocimiento sobre este gigantesco planeta gaseoso, explicó Alexander Hayes, profesor de Astronomía de la Universidad de Cornell en Nueva York.
El dispositivo ayudó a hacer importantes hallazgos: los mares de metano líquido sobre Titán, la mayor luna del planeta, y la existencia de un vasto océano de agua salada sobre la superficie glacial de Encelade, otro de sus más de 50 satélites naturales.
Los datos recolectados por el espectrómetro a bordo del aparato mostraron la presencia de hidrógeno que emanaba de fisuras en la espesa capa de hielo de Encelade, lo cual reveló una actividad hidrotermal propicia para la existencia de vida.
La nave, de 2.5 toneladas, fue lanzada al espacio en 1997 dotada de una docena de instrumentos. El 22 de abril pasado comenzó la primera maniobra para sumergirse en la atmósfera de Saturno, donde se desintegrará este viernes.
“Cassini conoció muchas primicias científicas y eso continuará porque los instrumentos recogerán las muestras de la atmósfera de Saturno hasta el último segundo”, señaló Linda Spilker, la científica de cabecera de esta misión.