El presidente Donald Trump autorizó que Tokio y Seúl compren a Estados Unidos equipo militar altamente sofisticado, en un contexto de gran tensión con Corea del Norte, que acaba de realizar su sexto ensayo nuclear.
El anuncio se produjo después de que Pyongyang detonara el domingo lo que ha sido descrito como una bomba de hidrógeno diseñada para un misil de largo alcance, una acción que despertó la alarma global y que constituyó el más potente ensayo nuclear.
Entre 2010 y 2016, Seúl compró US $5 mil millones (Q36.4 mil millones) en material militar a Washington, de acuerdo con cálculos del Stockholm International Peace Research Institute.
Japón es igualmente un gran cliente de la industria armamentista estadounidense.