Por: Euda Morales
La selección de los ingredientes para una comida es tan importante como seguir los pasos de la receta, porque su calidad hará la diferencia en el resultado final del platillo.
Inicialmente se buscará que los vegetales y frutas estén frescos, por lo que lucirán colores vivos y característicos, libres de magulladuras y puntos oscuros. Asimismo, sus texturas deberán ir de acuerdo con el propio producto, estar firmes y pesados, con respecto de su tamaño.
Se recomienda adquirir productos locales, ya que el tiempo entre su cosecha y traslado es breve. Estarán frescos y en su mejor momento. Además, si están de temporada se encontrarán fácilmente, porque abundan en los mercados, y serán más económicos. Aunque, lo más relevante es que están en su punto exacto de maduración, sus sabores son más pronunciados y su valor nutricional es elevado.
Tiene sentido preparar las comidas de acuerdo con los productos de la temporada y además, ¿por qué pagar más en otra época del año? Compre solo lo necesario para no incurrir en el desperdicio, y al llegar a casa almacene todo de forma adecuada. Lo que necesita refrigeración o congelación se guarda de inmediato para no romper la cadena fría, conservar de mejor manera y alargar su vida.
Cada vegetal requiere distintos cuidados para su conservación y ciertos aspectos harán que los resultados sean mejores. El repollo se guarda envuelto en papel de cocina y en refrigeración, los aguacates terminan de madurar a temperatura ambiente, el apio se conserva sin lavar y dentro de una caja hermética. Además, las zanahorias se almacenan sin lavar y a temperatura ambiente. A las verduras de raíz, deben eliminárseles las hojas para evitar que resten valor nutricional a las raíces, pero puede utilizarlas en preparaciones, como envueltos o tortitas.
Las cebollas deberán guardarse separadas del resto de vegetales y, principalmente, de los productos lácteos para impedir que se impregnen de su sabor. Las verduras de hoja deben envolverse en papel mayordomo húmedo y colocarse dentro de la refrigeradora; mientras que los tomates se conservan mejor a temperatura ambiente, porque así terminan de madurar bien y no pierden su gusto. Los frutos del bosque se almacenan en el interior de recipientes herméticos y en refrigeración. Las manzanas, peras, bananos se mantienen bien a temperatura ambiente, pero la piña, papaya, melón o sandía, al ser cortadas, deben refrigerarse.
Es conveniente comprar las frutas o verduras necesarias para la semana, pero con cuidado de calcular bien las cantidades para comerlas frescas y naturales. O bien, usarlas para la preparación de comidas saladas, en batidos, frescos o postres para evitar el desperdicio alimentario. Siempre habrá una manera de disfrutarlas y que contribuyan a nuestra salud.