Este será utilizado para capacitar a caficultoras en temas de control de calidad.
La compañía estadounidense Behmor donó US $32 mil en equipo que servirá para capacitar a mujeres productoras de café en 22 países. De acuerdo con el comunicado de la compañía, las mujeres son responsables de 90 % del trabajo de campo requerido para la producción de café, sin embargo, solo son dueñas de 15 % de lo cosechado.
La Alianza Internacional de Mujeres en Café (IWCA, por sus siglas en inglés) tiene la misión de representar al género femenino y generar iniciativas que faciliten la capacitación de las caficultoras o trabajadoras del campo.
En este contexto, Behmor donó el equivalente a US $32 mil, entregando a cada capítulo de IWCA en 21 países una tostadora Behmor 1600 Plus y una Behmor Brazen Plus Coffeemaker para preparar la bebida. En Guatemala, el equipo fue recibido y será administrado por la Asociación de Mujeres en Café. Este será utilizado para capacitar a caficultoras en temas de control de calidad, que es una etapa clave cuando se busca avanzar en la cadena de valor o buscar nuevos nichos de mercado.
Sobre la cadena de valor de Guatemala, quiero introducir brevemente lo que corresponde a los pequeños productores de café no agremiados, quienes generalmente tienen alternativas de venta limitadas.
La primera es vender la fruta madura cuando la cosechan. Si están en algún área urbana pueden entregarla directamente en el beneficio húmedo de algún exportador, pero regularmente la opción más viable es algún intermediario local que tiene picop o camión para recibir y trasladar el producto.
Quienes tienen transporte propio (caballo o picop) se aventuran a llevarlo al centro de acopio más cercano, ya sea porque no tienen uno en su comunidad o porque quieren buscar un mejor precio cubriendo ellos el traslado. Otra opción puede ser venderle a un productor vecino que sea más grande que ellos, pero vender el café maduro es el fin de la historia para la mayoría de pequeños productores.
En áreas como Huehuetenango, sin embargo, la tradición ha hecho que lleguen, avancen un paso más y procesen la fruta con métodos para vender el café pergamino a un mejor precio.
Muchas de estas personas, sin embargo, venden su producción y nunca llegan a conocer la calidad de lo que producen, ya que reservan para su consumo la parte de café que recogen del suelo, denominada “pepena”, la que se sobremaduró y secó en la planta y la que extraen de lo que procesan porque no cumple con el estándar. Sin dudas, donaciones como la de Behmor, al ser bien administradas, pueden tener un impacto positivo en los caficultores pues al comprender la calidad en la taza pueden aventurarse a procesar su café o mejorar sus métodos si ya lo hacen. Son pasos pequeños pero significativos. De todas maneras, ¿quién puede lanzarse a correr sin pasar antes por aprender a caminar?