Los llamados a reforzar la ciberseguridad se multiplicaron ayer, después de una nueva ola de ataques del tipo ramsomware, iniciada en Ucrania y Rusia, que contaminó a miles de computadoras de todo el mundo, perturbando capitales, infraestructuras y a multinacionales de diversos países.
Este nuevo programa maligno de chantaje o secuestro (ramsomware, de ramsom: rescate), que bloquea los ordenadores hasta el pago de US $300 (Q2 mil 199) en moneda virtual, refleja la vulnerabilidad de numerosas organizaciones, según los analistas.
Afectó, por ejemplo, los controles en el sitio del accidente nuclear de Chernóbil, el aeropuerto de Kiev, el puerto de Bombay o las oficinas de multinacionales, en particular, en Europa y Estados Unidos.
Según la agencia policial europea Europol, esta nueva ola de incursiones es similar a la producida en mayo por el virus WannaCry , aunque parece más sofisticada, según su director Rob Wainwright.
Los ataques de mayo y de esta semana “subrayan la importancia de reforzar nuestras ciberdefensas, y es lo que estamos haciendo” afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
En Ucrania, el primer ministro, Volodymyr Groïsman, habló de una embestida sin precedentes.
El Gobierno anunció en un comunicado: “La situación está bajo control total de los especialistas en ciberseguridad”.