Los animales no escapan a la violencia que vivimos, y se abusa constantemente de su derecho a la vida.
Pese a que ya contamos con una ley específica para evitar el maltrato animal, los ultrajes hacia esos seres vivos e indefensos persisten, se niegan a desaparecer, siguen exhibiéndose cual trofeos a la deshumanización y a la insensibilidad que se han ido apoderando de la humanidad. El Decreto 05-2017 fue aprobado el 28 de febrero de este año por el Congreso de la República, y contiene la Ley de Protección y Bienestar Animal, que penaliza el maltrato contra esos seres en cualquiera de sus manifestaciones. Vale mencionar que, según la Sociedad Humana Internacional, dicha Ley es una de las más completas en el mundo, por su articulado.
Sin embargo, hay gente que insiste en menoscabar a los animales, sobre todo a los perros desamparados, que su único pecado es merodear por las calles en busca de cariño y comida para subsistir porque algún desalmado decidió abandonarlos a su suerte al darse cuenta de que no podía lidiar con su comportamiento o con su alimentación y cuidados. En tal sentido, los 73 artículos que conforman esa normativa buscan adaptar la legislación en favor de la protección animal y la protección de la dignidad de toda forma de vida, pues, como es sabido, los animales no escapan a la violencia que vivimos y se abusa constantemente de su derecho a la vida.
Los casos de maltrato animal están a la vista. Recientemente, vecinos de Antigua Guatemala, Sacatepéquez, protestaron por el agravio al cual son sometidos los caballos, obligados a jalar carruajes para servicios de paseo que se ofrecen a los turistas. Derivado de esa explotación, aunado a una mala alimentación y acentuada delgadez, uno de los equinos se desvaneció frente al Parque Central, cuando tiraba de una carreta por las calles empedradas, lo que indignó a los habitantes, quienes manifestaron frente a la municipalidad, en rechazo al maltrato a los mamíferos.
El Artículo 61. Infracciones muy graves, inciso a), de esa ordenanza, reza que: “Causar cualquier daño hacia los animales por medio de cualquier acto de crueldad” será sancionado desde 1 hasta 12 salarios mínimos mensuales vigentes, dependiendo del grado de infracción a la norma de Protección y Bienestar Animal. Ello debe servir de ejemplo para que ya no se produzcan más atropellos contra la vida de los animales, que no tienen culpa de habitar con personas que en lugar de ser sus auténticos defensores se convierten en sus peores verdugos. Las redes sociales se han transformado en testigos de las reiteradas denuncias de maltrato animal contra aves, perros, gatos, caballos, muchos de ellos enfermos y malnutridos. Debemos hacer conciencia para que se respeten los derechos de los animales y que el peso de la Ley caiga sobre aquellos que por desconocimiento, ignorancia o mala intención atenten contra su vida y su bienestar. Aprendamos a valorar la vida animal y a respetar el espacio que comparten con nosotros en un ambiente de convivencia pacífica. Denunciemos cualquier acto de intimidación contra los animales, pues también merecen un mundo mejor, libre de violencia.
