La temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza oficialmente el 1 de junio, tendrá una actividad por encima del promedio, con entre 5 y 9 ciclones, de los cuales entre 2 y 4 serían de categoría mayor, anunció la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE. UU. (NOAA).
Las previsiones de la agencia estadounidense de cara a esta temporada, que afecta durante 6 meses a Estados Unidos, Centroamérica, el Caribe y México, apuntan además a la formación de 11 a 17 tormentas tropicales y un 45 por ciento de posibilidades de que sea más activa de lo normal.
“El pronóstico refleja nuestra expectativa de un fenómeno de El Niño débil o inexistente y las temperaturas de la superficie del océano cercanas o por encima de la media”, destacó en el informe Gerry Bell, jefe del equipo de meteorólogos de la NOAA.
Hasta 2016, el principal responsable de una actividad ciclónica por debajo de lo habitual ha sido El Niño, muy presente en el Pacífico, que inhibe la formación de huracanes en el Atlántico.
Con este fenómeno se produce un aumento de la acción de los vientos cortantes en las capas superiores, lo cual reduce la actividad meteorológica en estas aguas, un fenómeno que no se espera que se produzca este año.
Actividad promedio
En una temporada considerada normal para la NOAA se forma una media de 12 tormentas tropicales, de las que 6 se convierten en huracanes y 3 de ellos alcanzan categorías superiores, a partir de 3 en la escala de 5 intensidad de Saffir-Simpson.
Para las otras 2 áreas que analiza la agencia estadounidense, las cuencas del Pacífico oriental y Pacífico central, los expertos estiman un 80 por ciento de probabilidades de una actividad cerca o por encima de lo normal.
El número de tormentas esperadas para esta temporada incluye a Arlene, la primera de 2017, que se formó en abril en mitad del Atlántico, más de 1 mes antes del comienzo oficial.