La final de la Europa League de hoy en Estocolmo entre Manchester United y Ajax de Ámsterdam, que se anunciaba como una gran fiesta deportiva, tomó otro tono luego del atentado que afectó a la ciudad inglesa.
La UEFA se declaró “golpeada” por el bombazo, pero asegura que “tienen en cuenta” el riesgo terrorista “desde el inicio de los preparativos. Nuestros pensamientos están con las víctimas y las familias de las personas afectadas”, indicó la UEFA, que después informó que se guardará un minuto de silencio antes de la final.
La escuadra inglesa dio a conocer que los jugadores lucirán brazaletes negros y ayer guardó un minuto de silencio antes del entrenamiento celebrado en Carrington.
La dirección del club también anuló la tradicional conferencia de prensa previa al partido y apenas pisaron durante cinco minutos el césped que albergará la final.
Tristeza
“Estamos todos muy tristes por los trágicos sucesos del lunes. No podemos sacarnos de nuestras mentes y nuestros corazones a las víctimas y a sus familias”, afirmó el entrenador del Manchester United, Jose Mourinho, en unos comentarios difundidos en el Twitter
del club. Los hombres de los red devils saben que su eventual triunfo tomaría otro relieve debido al atentado. En la final hay más en juego que un título, ya que el vencedor se clasificará para la Liga de Campeones de la próxima temporada.
El entrenador del Ajax admitió que después del atentado “la final ha dejado de tener el brillo que debería”, pese a que el partido hacía soñar por su casting con los cracs del planeta futbol, como Paul Pogba, convertido en el jugador más caro del mundo, por 105 millones de euros (Q865 millones) y el mismo Kasper Dolberg, símbolo triunfante de los holandeses.
Desde Estocolmo, jugadores y aficionados tendrán sus pensamientos en lo que sucedió en Mánchester.