En 16 meses de administración, el Gobierno ha hecho múltiples esfuerzos para rescatar el sistema de salud y otorgarle a la ciudadanía espacios dignos para garantizar el derecho a la asistencia social y a un trato adecuado para la consulta de sus padecimientos.
La tarea de restablecer un servicio de calidad no es fácil, si se toma en cuenta el abandono histórico que las instalaciones médicas han sufrido a lo largo de décadas, lo cual no permitió que estas mantuvieran un constante desarrollo cualitativo y cuantitativo para
estar en sintonía con el aumento de la demanda en una población creciente.
Adicionalmente, los sistemas de compras y contrataciones estuvieron a merced de las mafias que se habían incrustado en el seno de un ministerio que era saqueado mientras que los pacientes sufrían las peores consecuencias. Además, los sindicatos erosionaban el presupuesto de la entidad por medio de prerrogativas que, aunque legales, son ilegítimas, pues atentan contra el pueblo más pobre.
Es por ello que hacerse cargo de una institución de esta naturaleza no solo requiere de voluntad política, sino también de mucha valentía y paciencia, pues las transformaciones suelen ser lentas y dolorosas, primordialmente cuando son urgentes y totalmente necesarias.
De esa cuenta, la titular de la cartera de Salud, Lucrecia Hernández Mack, ha logrado mantener una postura firme frente a las presiones gremiales, bajo la premisa de que es primordial ordenar los presuntos abusos que puedan contener los pactos colectivos y lograr un acuerdo que respete tanto los derechos de los trabajadores como de los usuarios, para lo cual existe una apertura total al diálogo.
Esta misma línea es la que ha favorecido que el abastecimiento de insumos en hospitales haya subido de un 66 por ciento, a principios de 2016, a un 84 por ciento, para este año, mientras que el material quirúrgico pasó de 66 por ciento a 82 por ciento en los
nosocomios, y de un 81 a un 90 en los centros y puestos de salud.
De estos últimos recintos, las autoridades plantean construir mil en el corto plazo, con lo que se espera cerrar la brecha en esta área en un 25 por ciento, la cual se ubica en 4 mil.
Con estas medidas se dan muestras de seguir avanzando en todas los rubros de atención a los guatemaltecos, quienes esperan que el pago de sus impuestos les sea devuelto en inversión social.