Preservar la tranquilidad del país y de la región es una tarea compleja para las autoridades, debido en gran medida a su posición geográfica, la cual es estratégica para los grupos criminales que trasiegan drogas, armas y seres humanos.
Aunque su destino principal es Estados Unidos, estas actividades ilícitas dejan diversas secuelas a lo largo del territorio guatemalteco, que es testigo de luchas de poder entre las bandas locales y las transnacionales, las cuales perpetran asesinatos y destruyen la paz social. Ello se da primordialmente en el caso del narcotráfico y las pandillas, cuyos miembros buscan, además, refugio por la persecución de las autoridades locales y generan la venta de armas para cometer otras fechorías, como las extorsiones y robos.
El contrabando de distintos productos, aunque con una mayor prevalencia del alcohol y los cigarrillos, debilita los recursos del Estado, pues no percibe los impuestos
correspondientes para que puedan invertirse en servicios a la población.
Frente a esta situación, los Gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, Honduras y El Salvador, han puesto en marcha el Plan Fortaleza, con el cual se espera robustecer los controles de seguridad en los pasos fronterizos, pues a finales de la semana pasada entró en su segunda fase con la distribución de no menos de mil 200 integrantes de las fuerzas combinadas en dichas áreas.
Estos elementos cubrirán los 10 Puestos de Mando de Coordinación Interinstitucional que han sido instalados en los puntos ciegos que existen entre las 3 naciones, y llevarán a cabo patrullajes constantes para interceptar cualquier ingreso ilícito.
Para lograr su cometido, el contingente guatemalteco está integrado por personal antinarcóticos y de investigación criminal, de la Policía Nacional Civil, así como de las Fuerzas de Tarea Chortí y Tecún Umán, del Ejército.
También hay colaboración de representantes de la Superintendencia de Administración Tributaria y de la Dirección General de Migración, para la identificación de mercancías y migrantes, respectivamente. En esas labores serán de utilidad los 2 drones y 4 helicópteros donados por EE. UU.
La etapa siguiente en este esfuerzo serán las medidas que se implementarán en la frontera con México, con lo cual se espera seguir contribuyendo a la seguridad y protección de la ciudadanía, en un marco de respeto a los derechos humanos.