La visita del papa Francisco a Egipto, del 28 al 29 de abril, supone un impulso a las relaciones entre la principal institución del islam suní, Al Azhar, y el Vaticano, deterioradas durante el papado de Benedicto XVI, y un apoyo a la imagen de Egipto, empañada por la inseguridad y los atropellos a los derechos humanos.
Más allá del esperado mensaje de paz y convivencia entre religiones, el viaje escenificará el buen momento de los vínculos entre ambas instituciones, que este año retomaron el diálogo.
Francisco devuelve también la visita que el jeque de Al Azhar, Ahmed Tayeb, hizo a Roma el 23 de mayo de 2016, y que supuso un punto de inflexión en los contactos bilaterales.
“La visita del Papa es un respaldo al diálogo entre las religiones, y esto es un punto muy importante en este ámbito. Veo que la reunión entre el Papa y el jeque de Al Azhar es un apoyo al diálogo entre religiones que estuvo suspendido por un tiempo y es un mensaje muy fuerte a todo el mundo”, afirmó el portavoz de la Iglesia ortodoxa egipcia, Bules Halim.