El centrista proeuropeo Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen encabezan los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, que contó con una alta participación (78.5 por ciento), pese a la amenaza terrorista.
Con el 90 por ciento del escrutinio, la líder del Frente Nacional alcanza el 22.08 por ciento de los votos y Macron el 23.5.
Ello es un revés para los partidos tradicionales que se han alternado en el poder durante décadas: el socialista del presidente saliente François Hollande y los conservadores liderados por François Fillon que contabiliza el 19.75 por ciento.
Mientras que Jean-Luc Mélenchon del Frente de Izquierdas, registra un 19.45 y Benoît Hamon del Partido Socialista un 6.20.
Hartazgo
A sus 39 años, al frente de un nuevo partido, ¡En Marcha!, Macron ha ganado una apuesta que muchos daban por perdida hasta el comienzo de 2017, cuando empezó a despuntar.
Marine Le Pen, de 48 años, tampoco se ha quedado atrás y ha repetido la hazaña de su padre 15 años después, capitalizando el hartazgo de los franceses con el sistema.
Cualquiera de los dos haría historia. Por un lado, Macron como el mandatario más joven en la historia de Francia, y ella como la primera mujer en la jefatura del Estado.
Los sondeos efectuados antes del domingo dan como ganador a Macron en el balotaje, del 7 de mayo, contra Le Pen.
Ello supondría una bocanada de aire fresco para la Unión Europea (UE). Macron, exministro de Economía de Hollande, ha hecho campaña con un programa abiertamente europeísta y liberal.
Si se impusiera Marine Le Pen se avecinaría en cambio una época de gran incertidumbre para la UE, debido a su defensa de la salida de la comunidad europea, que podría propinar un golpe fatal a un bloque ya debilitado por el Brexit.
La ultraderechista se benefició de la misma ola populista que propulsó la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, con un programa centrado en el “patriotismo” y la “preferencia nacional”.
El pase a la segunda vuelta de estos dos candidatos confirma lo que las encuestas venían anunciado desde hacía semanas, aunque el suspenso se mantuvo hasta el último minuto a causa de la corta distancia con sus dos principales rivales: Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Pese a los posibles atentados yihadistas, los franceses no se dejaron amedrentar y acudieron masivamente a las urnas.