Ayer se conmemoró el Día Mundial del Libro, una fecha en la que los sectores intelectuales y académicos reivindicaron la enseñanza basada en la sana lectura, un hábito que se ha venido perdiendo como consecuencia de diferentes factores de la globalización.
Según el estudio Dinámica de la producción editorial centroamericana, del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, en Guatemala se lee menos de 1 texto al año por habitante, y solo el 1 por ciento de la población lo hace por placer.
Sin embargo, no todo está perdido, pues desde el año pasado el Gobierno hace esfuerzos por revertir esa situación. En el marco de la referida conmemoración, el Ministerio de Educación (Mineduc) informó sobre la creación de una política de producción de textos escolares, la cual involucrará a los profesores.
Lo anterior, tomando en cuenta que uno de los métodos más importantes del aprendizaje es la lectura, y qué mejor que sean los maestros los creadores de obras, pues se convierten en ejemplo para los pequeños.
Esta iniciativa está incentivada por la experiencia de 2016, cuando los docentes colaboraron en la creación de los cuadernos de trabajo de preprimaria y en las Antologías de Cuentos: Fantasía y Color, que incluyen poesías e historias, con elementos de las tradiciones orales de las comunidades.
El proyecto ha tenido aceptación y relevancia, no solo por el hecho de ser generada por los profesores, sino porque permitió contar con obras en idiomas mayas y con pertinencia cultural.
Datos del Mineduc muestran que estos trabajos ya se han distribuido en mil 754 establecimientos, de San Marcos, Quiché, Huehuetenango, Quetzaltenango y Totonicapán, favoreciendo a 64 mil 175 estudiantes.
En esta tarea aporta la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que también impulsa la iniciativa Leer y Aprender, en coordinación con la cartera del ramo.
Es importante reconocer el esfuerzo del Ministerio de Educación y el soporte de la comunidad internacional en esta materia, pues se está fortaleciendo la formación de los infantes de origen maya, quienes necesitan la instrucción en su lengua materna.