Con su documental Iyonel, la guatemalteca ha triunfado en festivales locales e internacionales.
Ya sea detrás de una cámara, escribiendo un guion, entrevistando o cuidando el sonido, Cleida Cholotío se sumerge en las historias de mujeres del área rural del país, para reconocer su labor por medio del cine. Desde San Juan La Laguna, Sololá, la realizadora se toma unos minutos para responder al cuestionario de ¿Qué están haciendo?, y compartir detalles de su documental Iyonel, que fue recientemente reconocido en los festivales Exprésate con otro rollo sin odio (Guatemala) y Desde los extramuros del mundo (Chile-Perú).
¿Qué estabas haciendo antes de responder esta entrevista?
Trabajo en el guion de un cortometraje sobre la vida de tres mujeres que dejan su comunidad, después de haber sido despojadas de su tierra por una industria
minera.
Iyonel acaba de ganar el primer lugar del Festival y Concurso de Cortometrajes Exprésate con otro rollo sin odio. ¿Qué significó para ti ese triunfo?
Los festivales alternativos son de mucha importancia en Guatemala, porque las mujeres líderes y protagonistas de los cambios sociales en las aldeas y caseríos dan a conocer su trabajo mediante cortometrajes y documentales. Conseguir el primer lugar fue una noticia muy alentadora.
Es importante reconocer que muchas mujeres pueden sobresalir en cualquier disciplina del arte, con sus miradas y vivencias.
El documental también obtuvo el premio del público en el Festival Internacional Desde los extramuros del mundo. ¿Cómo te sientes al cruzar fronteras con tu trabajo?
Es un avance en el reconocimiento y la valorización del trabajo de las mujeres rurales, pues existen líderes que luchan a diario para atender a la humanidad. Además es importante rescatar el conocimiento ancestral, en el marco de la atención de partos, así como el uso de las medicinas naturales.
¿Cómo describes Iyonel?
Es un documental que genera cambios sociales y rompe estereotipos patriarcales. En una comunidad rural, la protagonista, Dominga Cueti, recorre kilómetros diariamente para atender partos y sanar a sus pacientes ad honorem y con medicina natural. Lamentablemente, su labor no es reconocida como tal. Plasmarla en el filme es un aporte que no solo sistematiza el conocimiento, sino que da una reflexión profunda en torno a la vida rural.
En cuanto a festivales, ¿qué sigue para el documental?
Iyonel continúa en diferentes festivales y, como parte de la Colectiva Lemow, esperamos que gane más premios y siga narrando la importancia del trabajo de las comadronas en el área rural.
¿Qué te motivó a usar el cine para comunicarte?
Hacer visible el trabajo de las mujeres del área rural de Guatemala, pues hay muchas que aportan para los cambios sociales. Es importante plasmar lo que ellas hacen, mediante el cine y otras expresiones artísticas.