Exponentes del arte local recuerdan los obsequios que mayor ilusión les hicieron cuando eran niños.
Hay Navidades inolvidables como, por ejemplo, esa en la que recibimos el mejor regalo de nuestra infancia. En esta ocasión, el escritor Francisco Alejandro Méndez, la cineasta Camila Urrutia, la actriz Valerie Andrews, la poeta Daniela Archila y el artista escénico Francisco Toralla (Panchorizo) rememoran ese momento en que rompieron el envoltorio y descubrieron el presente que marcó su niñez.
Francisco Alejandro Méndez
El escritor Francisco Alejandro Méndez regresa en el tiempo y repasa la Navidad de cuando tenía 9 años. “Mi abuela, Elvira, me regaló un perro. Era un maltés al que en principio le pusimos Doppy, pero que con el paso del tiempo fue cambiando de nombres”, comenta. El Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2017 dice que desde muy niño los perros le han hecho mucha ilusión, y no duda que aquel obsequio que recibió marcó la pasión que siente por ellos.
Francisco Toralla
El artista escénico Francisco Toralla, mejor conocido como Panchorizo, siempre regala risas y asombro a quien lo ve. A veces lo hace sobre el escenario, bailando o girando sobre un enorme círculo; y otras lo hace frente a la cámara, como chef o sobre patines. Precisamente, estos últimos lo ayudan a deslizarse hasta su infancia y hasta su mejor regalo de Navidad. “Recuerdo rebién que los patines eran los que más ilusión me hacían en esa época. Probármelos y sentirme libre es algo que me encantó”, puntualiza.
Valerie Andrews
El regalo que con más emoción y cariño recuerda la actriz Valerie Andrews fue el que sus padres le dieron cuando tenía ocho años. “Era una época complicada económicamente para mis padres, y una bicicleta como la que quería era bastante cara. No sé cómo le hicieron, pero el 25 de diciembre me levanté y allí estaba, abajo del árbol. Era una Vecesa en amarillo fosforescente”, relata. La también productora dice que no olvida las horas que pasó manejando ni la adrenalina que le provocaba dicho obsequio.
Camila Urrutia
Al pensar en el mejor regalo de Navidad de su infancia, la cineasta Camila Urrutia vuelve a balancearse sobre el columpio de tela que le dio su madre. Tenía seis años y vivían solas en una casa con un patio pequeño, por lo que decidieron colgar el obsequio en el marco de la sala, recuerda: “Cuando estaba en el columpio, parecía monita y, de tanto subirme, se empezó a desgastar la pared. Sentía que estaba en la selva y huía de peligros”. Más tarde, cuando debió retirar el columpio del interior del hogar, comenzó a practicar para ser portera, lo que la llevó a ser parte de uno de los primeros equipos femeninos de futbol del país.
Daniela Archila
Es una de las poetas jóvenes más seguidas del país pero, mucho antes de entregarle el corazón a las letras, Daniela Archila tuvo el sueño de ser cantante. Una Navidad, su madre la convirtió en “la niña más feliz del planeta”. “Me la pasaba viendo programas de música en la televisión, sin aburrirme. Mi mamá me dio una grabadora de Barbie que traía un micrófono. Creo que jamás he vuelto a utilizar tanto un objeto. Escuché música y canté todos los días hasta que dejó de funcionar”, asegura.