El poeta momosteco traza capítulos de su historia en dos libros.
Las letras encontraron a Rodolfo Vicente cuando tan solo era un niño, y desde entonces lo han acompañado, tanto en la alegría como en el dolor. El rastro de su caminar, sus recuerdos, su imaginación y sus deseos los ha trazado en dos libros: el poemario Retratos de viajeros anónimos y la novela La travesía de Frodo. Descubra las nuevas líneas del autor momosteco, el viernes a las 18:00 en el Centro Cultural de España, 6a. avenida 11-02, zona 1. La admisión es gratuita.
Entre versos
De niño, Rodolfo Vicente empezó a leer la Biblia. Los primeros libros lo aburrían, pero al llegar a Cantares, la lectura lo cautivó. Ese, dice, fue su primer acercamiento con la poesía: “Me encantaron los poemas y hasta me robé algunos para leerlos a mis compañeras”.
Al pasar los años, Vicente continuó visitando la poesía para expresarse. Confiesa que es en la última banca de una iglesia de su pueblo, San Vicente Buenabaj, donde encuentra la inspiración para sanar, y reflejar temas como la migración y los beneficios de la lectura.
Memorias que migran
En su poemario Retratos de viajeros anónimos, el autor descarga el dolor que le dejó su propia experiencia como migrante. Sus versos quedan como testigos de su doble intento por conseguir el sueño americano, y de la ocasión en que fue secuestrado por un cartel mexicano. “Dolía mucho rememorar el pasado y lo que vivimos por 15 días. Era un recuerdo fatal que tenía que sacar”, asegura.
Luego de tener que pedir dinero y de que algunas personas se compadecieran de él, Vicente finalmente pudo regresar a su casa. En una noche de desvelo tomó un lápiz y empezó a escribir todas esas memorias que describe como “un canto al dolor y la angustia que vivimos los migrantes”.
Primera novela
Pero Vicente también afirma que la vida es un viaje que hay que aprovechar, y ese es el mensaje de su primera novela, La travesía de Frodo. En ella desarrolla la historia de un joven amante de los libros y la escritura que se interesa por salir adelante y llevar sus textos a todas partes. “Mezclé un poco de lo que ha sido mi vida, mi soledad y mi pasión por las letras, con la ficción”, confiesa. El título, agrega, busca motivar a las nuevas generaciones a interesarse más por la lectura y a viajar por sus sueños.