El bailarín, coreógrafo y docente es un referente de la danza guatemalteca.
Los movimientos y el estilo del ballet clásico cautivaron desde muy joven a Eddy Vielman, hasta lograr que dedicara su vida a la danza. Con los años, el bailarín pasó de estar sobre las tablas, a ser coreógrafo, director artístico e interino del Ballet Nacional de Guatemala (BNG) y, actualmente, formador de cientos de intérpretes. En el mes que se celebra el Día Internacional de la Danza, Los de Siempre sigue los pasos del guatemalteco.
Primer encuentro
Eddy Vielman, recuerda que, a los 14 años, durante un ensayo de la Escuela Nacional de Danza, sus ojos se perdieron en las figuras que dibujaban los bailarines. En ese momento supo que quería formarse en ese arte, se incorporó a dicha casa de estudios y luego obtuvo una beca para estudiar en el Conservatorio de Miami, Florida (EE. UU.). “Allá, fuera, descubrí que podría hacer de esto mi vida y que quería ser bailarín profesional”, narra el artista.
Si bien es cierto que el Miami Ballet fue el primer grupo para el cual bailó, Vielman dice que fue al regresar a Guatemala, e incorporarse al BNG, que comenzó su carrera profesional. En esta etapa, el mérito se lo da a sus maestros Manuel Ocampo y Richard Devaux, quienes le enseñaron la disciplina, la creación de coreografías y el amor por la danza.
Coreógrafo
Vielman fue bailarín de la compañía por 28 años, mas en la década
de los 90 tuvo la inquietud de “probarse” en la coreografía. Con la aprobación de Carlos Marroquín, entonces director general del BNG, hizo trabajos pequeños en esta área. “Así empecé a usar la creatividad para hacer aportaciones”, detalla. La composición y la adaptación se convirtieron en su nueva pasión y, de hecho, uno de sus remontajes más recientes es el de Otelo.
Maestro y director
Con las zapatillas puestas, Vielman dio sus primeros pasos como maestro. Fue docente de la compañía estatal y luego consiguió una beca para estudiar pedagogía de ballet en Bulgaria. A su regreso tuvo la oportunidad de pulir a bailarines profesionales, lo cual fue una tarea complicada pues, comenta, algunos de sus alumnos tenían mucha más experiencia que él.
Vielman también fue director artístico del BNG y, al fallecer Marroquín, fue escogido como director general, puesto que ejerció por unos meses: “Carlos quiso retomar las grandes obras del Ballet Guatemala. Uno de mis retos fue mantener el repertorio lo mejor que se pudiera y, sobre todo, continuar el entrenamiento de los intérpretes”.
Etapa clave
En 1997, Vielman puso pausa a su vida artística y se mudó a Chicago. Durante tres años no bailó ni dirigió nada, pero a su vuelta decidió enfocarse en las futuras generaciones como maestro de la Escuela Nacional de Danza Marcelle Bonge de Devaux.
Además, es docente de la Escuela Municipal de Danza, formador invitado del BNG y maestro del Ballet Folklórico del Instituto Guatemalteco de Turismo. “La enseñanza ha sido la etapa que más ha marcado mi vida. Aún a mis 59 años, me siguen llamando para trabajar y creo que estaré en esto por muchos años más”, puntualiza el bailarín.
