Un incendio declarado en el parque estatal Inks Lake, en el área de Austin (Texas), Estados Unidos, obligó a evacuar a no menos de 400 personas que se encontraban disfrutando del fin de semana en esa reserva natural, informaron hoy las autoridades.
La unidad de bomberos que trabaja en la zona mantiene la alerta y continúa las labores de extinción, ya que el fuego solo está controlado en un 35 % en las 202 hectáreas que se han visto afectadas.
Ante esta situación, 150 hogares cercanos a Insk Lake han sido desalojados por precaución, y unos 800 usuarios abandonaron voluntariamente una zona de acampada conocida como “Camp Longhorn”, aunque está previsto que regresen a sus casas en las próximas horas, a medida que avancen las tareas de los servicios forestales.
La región suroeste de Estados Unidos sufre desde hace un par de semanas una intensa ola de calor con temperaturas superiores a los 42 grados centígrados, lo que ha incrementado el riesgo de incendios en los estados de California, Arizona y Texas.
En el norte de California, las llamas que arrasan 36 mil hectáreas desde el 23 de junio se han cobrado la vida de seis personas y han forzado la evacuación de unas 38 mil.
Las autoridades policiales del condado de Shasta aseguraron que el incendio “Carr” provocó, el pasado sábado, la muerte de Melody Bledsoe, de 70 años, y dos de sus bisnietos, James Roberts y Emily Roberts, de cinco y cuatro años, respectivamente.
La gravedad de las circunstancias obligó al presidente de EE. UU., Donald Trump, a declarar el estado de emergencia, lo que supone que el gobierno federal podrá prestar asistencia adicional.
Mediante esta directriz, Trump autorizó al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) a “coordinar todos los esfuerzos en las tareas de socorro”, informó la Casa Blanca mediante un comunicado.
*Con información de EFE.