Integridad. Independencia. Honorabilidad. Estos son los principales requisitos que líderes nacionales y expertos extranjeros le exigen a los congresistas que tomen en cuenta al momento de elegir a los magistrados de las cortes Suprema de Justicia y de Apelaciones.
Los requerimientos, que se han vuelto un clamor de instituciones y entidades nacionales y organismos externos, se repitieron ayer, en las vísperas de que el Organismo Legislativo elija a los magistrados de las nóminas enviadas por las comisiones de postulación. Lo cual puede ser hoy, aunque el tema no esté en agenda.
Para dimensionar la seriedad de las exhortativas, basta referir una parte del comunicado de Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés), el cual divulgó la agencia EFE. El momento “ofrece una oportunidad histórica para comenzar a restaurar la integridad e independencia” del Organismo Judicial.
El golpe mediático es contundente. Y fácil de interpretar. Quizás por la veracidad del mensaje. Restaurar la integridad e independencia. Vale la pena repetir, para que el recado entre en los oídos y la conciencia de los congresistas. Tal vez porque el cambio que se vive en ese organismo del Estado hace que los ciudadanos puedan creer que su voluntad será respetada y acatada por sus representantes.
Lo cierto es que la exigencia, como ocurre con lo bueno que pasa en las naciones, concita a sectores de derecha e izquierda, aunque a una ideología más que a otra. A hombres y mujeres. A ancianos y jóvenes, a empresarios y trabajadores.
Los únicos que se apartan de este consenso guatemalteco e internacional son los integrantes del llamado pacto de corruptos, el cual, por cierto, cada vez se queda más solitario. Ellos, los grandes beneficiados con esta cooptación del Estado son quienes lamentan y se esfuerzan por impedir el cambio que se viene generando desde el 14 de enero recién pasado, y aunque han ganado algunas batallas, perderán esta guerra por la decencia, que tiene por objetivo la búsqueda del bien común. De la prosperidad inclusiva y las oportunidades para todos.
Integridad. Independencia. Honorabilidad. De esa calidad esperan los connacionales que se integren las Cortes. Este será el primer gran paso para el rescate de un sistema podrido. El siguiente movimiento está a unos meses, ojalá semanas…