Hay temas por cuya importancia caen de su propio peso. El saqueo de fondos públicos destinados para resolver necesidades ingentes en materia de salud y educación no solo estremecen la consciencia, sino tienden a despertarla, por muy dormida que se tenga.
Claro, estas son reacciones naturales, especialmente, en aquellos funcionarios cuya misión sea evitar los abusos y perseguir la corrupción, venga de donde venga y la cometa quien la cometa.
La nueva denuncia de fraude planteada ayer contra el gobierno de Alejandro Giammattei es uno de esos casos que deberían levantar de sus sillas a fiscales del Ministerio Público (MP), para apresurarse a comprobar si, como se ha referido, existen indicios que permitan procesar a los presuntos implicados.
Imagine esta situación. El anterior Organismo Ejecutivo decide, en julio de 2021, terminar de construir el hospital de San Pedro Necta, Huehuetenango, y destina 72 millones 800 mil quetzales. Tiempo después, el costo sube a 87 millones 300 mil (14 millones 500 mil más), pero el año pasado la obra es abandonada, pese a que el Ministerio de Comunicaciones pagó el 90 por ciento del valor final, para lo cual se falsifican documentos que permiten acreditar un 90 por ciento de
avance físico del edificio.
Pero la realidad era otra, aunque las mentiras se repiten. La edificación va por un 38 por ciento y el dinero está desaparecido. Ese era el patrón establecido, simular avances físicos, con tal de asaltar el erario.
Lo cierto es que por lo menos 41 mil comunitarios resienten atención médica digna y deben buscar asistencia en una iglesia que se apiada de ellos ante la barbaridad de la que fueron objeto.
“Somos una institución con funciones autónomas, que promueve la persecución penal, dirige e investiga los delitos de acción pública, actuando y velando por el estricto cumplimiento de las leyes”, es parte de la Misión que consigna el MP en su portal electrónico. Además, promueve el eslogan “Justicia eficaz para todos y todas”.
Hoy, la mayoría de guatemaltecos y por lo menos 41 mil moradores de San Pedro Necta, desalmadamente abandonados a su suerte, esperan que sus angustias y sufrimientos conmuevan la consciencia del MP y del Organismo Judicial y, por fin, persigan y conduzcan a los intocables.