En las últimas horas, los guatemaltecos fuimos testigos del profesionalismo de los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes tras intensos diálogos y negociaciones persuadieron a un grupo de manifestantes que bloquean el paso por el Anillo Periférico para que accedieran a permitir el traslado de ambulancias y mercancías.
El accionar de los uniformados fue sencillamente ejemplar, puesto que no solo lograron los propósitos planteados, sino que evidenciaron que el camino para resolver las diferencias pasa porque las partes mantengan la cordura y prioricen el interés general sobre el particular.
De acuerdo con lo explicado, los policías llegaron al punto citado a indagar sobre la situación de un conductor cuyo transporte se encontraba retenido. Después de cerciorarse del buen estado del piloto, negociaron la liberación del vehículo que transportaba mercancías perecederas, lo que fue el inicio de un acuerdo que incluyó el tránsito de ciertos automotores.
Desde hace 9 días, cuando algunos connacionales empezaron sus manifestaciones, el Gobierno en general y el Ministerio de Gobernación (Mingob), en particular, han hecho gala de un espíritu democrático que ha respetado la libertad de expresión, aunque en algunas ocasiones esas concentraciones terminan violentando los derechos de las mayorías.
En este punto conviene reconocer el papel jugado por la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), cuyos representantes acudieron al lugar para colaborar en las mediaciones. Como lo evidenciaron algunos medios privados que transmitieron en vivo, en todo momento las autoridades del Organismo Ejecutivo y de la oficina defensora del pueblo se comportaron con respeto y evitaron las provocaciones e intimidaciones, lo que impidió actos de violencia.
Finalmente, es preciso recordar la posición del ministro de Gobernación, David Napoleón Barrientos, quien ordenó privilegiar las conversaciones y conservar la tranquilidad aun en momentos de mucho conflicto.