En su último discurso como jefe de Estado ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Alejandro Giammattei lanzó una serie de reflexiones y exhortativas, con el genuino interés de contribuir en la construcción de un mundo más humano y próspero.
El mandatario condenó las guerras, particularmente, la invasión de Rusia a Ucrania y llamó a un pacto mundial que ponga fin a los conflictos. “Es el momento de invertir en los ciudadanos, de salvar la humanidad y el planeta”, resaltó.
Adicionalmente, reiteró dos puntos que han marcado la agenda internacional de nuestro país: el desarme y la reforma de las Naciones Unidas. En el primero manifestó que es necesaria una actitud más activa, en especial de las llamadas potencias. En cuanto a los cambios que requiere el organismo multilateral, dijo que estos deben ser urgentes e incluyentes.
Abogó por actitudes más firmes en la defensa del medioambiente y expresó que ya basta de retóricas y censuras contra los Estados que sufren los embates del cambio climático y que, incluso, deben endeudarse para reconstruir sus pueblos.
El dignatario aprovechó para desmentir las noticias surgidas tras los comicios generales y recordó que, sin tener una democracia perfecta, Guatemala lleva un recorrido importante en el que la alternancia en el poder ha sido evidente y legítimo, un distintivo que no es propio de algunos gobiernos.
Otros momentos destacados se originaron cuando anotó que “el crimen transnacional debe ser combatido por las administraciones que integran la ONU. “Es una responsabilidad global, que requiere un esfuerzo conjunto”, apuntó.
“No tendremos un mundo libre sin enfrentar y reducir a los cárteles de la droga”, consideró. Finalmente, reprobó la trata de personas, en especial la de niños, y a la que llamó la nueva esclavitud. “Condenamos ese crimen porque implica la compra y venta de seres humanos”, concluyó Giammattei.