Desde las primeras horas de la madrugada de ayer, el presidente Alejandro Giammattei subió a sus redes sociales un video en el que, orgullosamente, comunicaba la decisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de certificar al Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj, ubicado en El Asintal, Retalhuleu, como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Con la distinción se concluye un exitoso proceso impulsado por el Gobierno, por medio del Ministerio de Cultura y Deportes, que tenía como fin lograr el reconocimiento universal para la ancestral civilización maya, que cimentó en Tak’alik Ab’aj sus avances en escritura, arte y arquitectura. Para alcanzar dicha clasificación se requiere de gestiones al más alto nivel y, particularmente, legados y aportes indiscutibles, que impulsaron los progresos en el orbe.
La contribución de esta república inició en 1979, cuando la referida Organización incluyó al Parque Nacional Tikal entre sus lugares insignias. Posteriormente, la Ciudad de La Antigua Guatemala fue reconocida y en 1981, tocó el turno del Parque Arqueológico y Ruinas de Quiriguá.
A estas históricas selecciones se suma ahora el centro referido; sin embargo, conviene reseñar que en diciembre de 2022 la Unesco nombró a la Semana Santa como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, gracias a los trámites del actual Organismo Ejecutivo.
En su mensaje, el jefe de Estado expresó sobre Tak’alik Ab’aj: “Es la ciudad prehispánica que atestigua la transición de la clase Olmeca al nacimiento de la cultura Maya, que reúne una serie de valores universales excepcionales que ya no solo pertenecen a los guatemaltecos”, sino al globo terráqueo entero.
Finalmente, el mandatario ratificó el compromiso del Estado de promover el conocimiento como otro motor de desarrollo y el camino hacia la construcción y consolidación de nacionalismo.