Recientemente, Guatemala fue admitida en el Programa Iberoamericano de Cooperación sobre la Situación de las Personas Adultas Mayores (PISCPAM), una adhesión que reconoce los esfuerzos que hacen las naciones para atender y dignificar a las personas de la tercera edad.
La decisión de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) viene precedida de gestiones efectuadas por la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP), que solicitó sumarse al reconocido movimiento regional.
El ingreso del Estado al PISCPAM tiene mucha relevancia, sobre todo porque implicó la revisión de las acciones, legislaciones y proyectos que el Organismo Ejecutivo creó y promovió para mejorar los medios de vida de los ancianos, a quienes el presidente de la República, Alejandro Giammattei, busca honrar.
Si bien las labores sobre la materia realizadas por el Organismo Ejecutivo son diferentes y desde diversas instituciones, sin duda es el Programa del Aporte Económico del Adulto Mayor (PAM), liderado por el jefe de Estado y ejecutado por el Ministerio de Trabajo y Previsión Social, el que tiene más impacto y dimensión entre los connacionales.
De hecho, la OISS hace referencia de la citada asistencia, así como al papel trascendente de la SOSEP, sobre todo desde la presidencia del Comité Nacional de Protección a la Vejez (Conaprov).
Sin duda, la incorporación al Programa es digno de aplauso, pero implica el reto de continuar mejorando e incrementado las medidas que eleven a mayores estados de bienestar a quienes son los verdaderos responsables de la construcción de la nación que hoy disfrutamos y habitamos.
“Esta es la mejor estrategia social que tenemos y es para agradecer a las personas que, luego de una larga vida de trabajo y esfuerzos, llegan a la tercera edad en condiciones vulnerables”, precisó el mandatario, previo a asegurar que dejará un PAM con 212 mil registros, lo que implica
duplicar las inscripciones realizadas en los 13 años previos a su gestión.