La visita oficial que el jefe de Estado y una corta comitiva oficial hacen a Taiwán permitirá consolidar la amistad bilateral, que suma 86 años, e impulsará el comercio y la inversión de la nación asiática.
Como lo expresó el Presidente de la República en sus redes sociales, el acercamiento muestra también al mundo el grado de soberanía e independencia que marcan las relaciones internacionales de Guatemala, las que no se dejan influir por presiones o amenazas internas o externas.
En el primero de sus tres días de trabajo, la delegación alcanzó uno de sus principales cometidos: la promoción del país como destino de capitales. Ahora, resta esperar que las fortalezas macroeconómicas, las capacidades financieras, el Estado de Derecho imperante y las diferencias comparativas en cuanto a mano de obra y clima de negocios rindan sus frutos y los empresarios taiwaneses sigan llegando.
Además de los factores económicos que caracterizaron sus encuentros, el mandatario dedicó una buena parte de su tiempo a saludar y conversar con los connacionales que estudian en aquella nación. El encuentro, cargado de optimismo y esperanza, mostró a un gobernante cercano, convencido del valor del entendimiento y del aprendizaje.
“Una de las principales vías para impulsar el desarrollo humano y el éxito es la enseñanza”, fue una de las reflexiones expuestas por el Presidente, quien en múltiples ocasiones ha manifestado que el saber es el principal activo de un Estado.
Como lo han expuesto expertos e intelectuales, la economía del conocimiento, en el que el trabajo mental vale tanto o más que las exportaciones, es el norte que guía a los territorios desarrollados o en vías de desarrollo.
De esa cuenta, cimentar los lazos de fraternidad y solidaridad son los objetivos de la visita, los cuales son indispensables para mantener una relación que favorezca a ambos pueblos.