La Transformación Policial, estrategia que impulsa el Organismo Ejecutivo, gana cada día más fuerza y adeptos. Los esfuerzos del Presidente de la República, ministro y viceministros del Interior son tan evidentes, que es imposible no percibirlos ni valorarlos.
La cercanía entre agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y comunitarios ha permitido avances importantes en materia de seguridad pública. La confianza alcanzada entre autoridades y ciudadanos es la piedra angular de un plan que busca reducir los índices criminales y fortalecer el Estado de Derecho y la tranquilidad social.
En ese marco marcha a paso firme el cambio en el Sistema Penitenciario (SP), una institución que, en esta administración, ha trascendido por su triste papel de antaño, cuando las fugas y corrupciones eran noticias de primera plana. Hoy, las cárceles son lugares donde los privados de libertad encuentran opciones de desarrollo integral y preparan su reintegración familiar y colectiva.
Como en la PNC, en el SP los agentes son sometidos a entrenamientos y capacitaciones constantes, las que refuerzan sus destrezas y virtudes para el desempeño de sus funciones, pero, principalmente, para servir y atender a quienes lo necesitan.
En estos momentos, el SP apuesta por la corrección y readaptación de los reos. La mística de trabajo incluye el respeto irrestricto de los derechos fundamentales de los presos, sin que ello implique pérdida de autoridad ante quienes pagan sus irresponsabilidades del pasado.
“Los agentes penitenciarios son piezas claves en el proceso de rehabilitación de los internos y en la prevención de la delincuencia”, afirmó el ministro de Gobernación, al momento de participar en el acto de graduación de 147 policías, quienes de manera inmediata serán ubicados en los centros de detención para que comiencen la labor para la cual fueron entrenados, que se resume en pocas palabras: procurar la correcta reinserción social de los recluidos.