El Gobierno de la República, por intermedio del Ministerio de Educación (Mineduc), comenzó ayer la segunda entrega del Programa de Alimentación Escolar (PAM), una iniciativa que ha permitido fortalecer e impulsar la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (GCNN) y evitar la deserción que había caracterizado al sistema formativo del Estado.
Como ocurrió en enero pasado, esta acción alcanzará a más de 2.8 millones de estudiantes, que reciben clases en 34 256 establecimientos públicos. El PAM, además de las fortalezas citadas, es reconocido por la transparencia en el manejo de los recursos y porque estimula la producción de los pequeños agricultores.
A través de las Organizaciones de Padres de Familia (OPF), el Mineduc adquiere los alimentos que trasladará, los cuales son proveídos por pequeños emprendedores de la localidad, lo que no
solo garantiza la calidad de los productos, sino también la pertinencia.
Sin embargo, este no es el único beneficio que el Organismo Ejecutivo ofrece en esta área social. De hecho, hay otros cuatro programas que tienen repercusiones incuestionables en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La entrega de útiles, la gratuidad y el seguro médico escolar son estrategias desarrolladas para alcanzar la plena atención de niños y jóvenes. Adicionalmente, el Mineduc cuenta con la Valija Didáctica, la cual reciben los maestros y con la que optimizan el traslado de conocimientos.
De acuerdo con información de la cartera, en 2023 se ejecutarán Q3 964.9 millones en los 5 proyectos, una inversión que está pensada en la mejora de las calidades y destrezas de las futuras generaciones.
Desde inicios de su gestión, el Presidente de la República ha liderado la transformación educativa, consciente de que es el camino para alcanzar la prosperidad individual y colectiva. Servir a los guatemaltecos, principalmente a niños y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, es un afán de las autoridades, quienes ahora ven con orgullo y satisfacción su contribución en el desarrollo del país.