El Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria fue implementado por el Gobierno de la República, por medio del Ministerio de Gobernación (Mingob), para contribuir en la readaptación social de los privados de libertad y facilitarles mejores oportunidades de desarrollo al salir de prisión.
Actualmente, dicho método es ejecutado en el Centro de Detención Fraijanes I, donde recientemente fue instalada la Unidad Canina K-9, como parte de los procesos de transformación en los correccionales.
En ese lugar de rehabilitación y reinserción social se albergaba a mujeres con un perfil de baja peligrosidad y con voluntad de rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad.
Entre las cárceles donde próximamente también se impulsará el Nuevo Modelo está el Centro de Detención para Hombres Fraijanes II, y se analiza qué otra podrá ser incluida, luego de los análisis respectivos.
Estas acciones tienen como propósito disminuir los hechos delictivos desde las cárceles, como las extorsiones, pues los métodos de control y orientación de los internos es moderno. En ese sentido, en el programa serán incluidos quienes puedan estar involucrados en dichos delitos, de acuerdo con las autoridades.
Y es que el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria funciona bajo el régimen de cero ocio y ofrece programas de educación y capacitación constante. El primer grupo de privadas de libertad que se incluyeron en el proyecto ingresó el 4 de mayo de 2017 y, hasta la fecha, ya 40 han salido de prisión.
La iniciativa es posible con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap), la Unidad para la Prevención Comunitaria de la Violencia (UPCV) y el Ministerio de Educación, por medio del Programa de Educación Alternativa (Pronea), entre otras entidades. De esa manera, el Sistema Penitenciario (SP) continúa su transformación al Nuevo Modelo, a fin de que asuma el rol de trabajo que se requiere para lograr la reinserción social de los reos, luego de que cumplan su condena.