En los últimos días, los registros oficiales muestran un preocupante incremento de contagios por Covid-19 y, peor aún, los hospitales públicos empiezan a tener alta ocupación, en especial de casos que ameritan ingresos en las salas del intensivo. El mapa sanitario también comienza a tornarse rojo, dada la cantidad de comunidades en condiciones de alerta máxima. Según el último reporte emitido por el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSPAS), 169 de los 340 municipios que tiene el país están en rojo, 100 en naranja y 71 en amarillo.
La situación del país refleja la condición en la que se encuentra la mayoría de naciones del mundo, particularmente de Europa, Norte y Sudamérica, que en estos momentos afrontan la tercera ola de contagios, pese a que muchos de esos Estados avanzan en los procesos de vacunación.
El martes 13 de abril, Guatemala vivió uno de los peores días en materia de contagios y decesos. El MSPAS reportó 2,013 nuevos casos, la cantidad más alta desde el 13 de marzo de 2020, cuando se registró la primera persona afectada, y 37 fallecidos, uno de los más altos. Este incremento estuvo precedido de cifras que advertían del aparecimiento de una tercera ola. Entre el 6 y 10 de abril de 2021, la cantidad de enfermos superó los 1,300, cuando se venía de días que no sobrepasaron las 300 detecciones.
La situación obliga a incrementar las acciones y precauciones. De esa cuenta, el presidente Alejandro Giammattei adelantó que, el próximo viernes, el Gobierno anunciará nuevas disposiciones para contrarrestar los contagios, medidas que ya fueron consensuadas con los sectores productivos y académicos. “Vamos a extremar medidas de prevención, para que los contagios disminuyan”, adelantó el Jefe de Estado. La experiencia acumulada en el manejo y control del virus genera, sin duda, confianza en las acciones del Organismo Ejecutivo que, aún en los momentos en que correspondió improvisar, lo hizo con buen juicio.
La solidaridad y responsabilidad con que los guatemaltecos han asumido su papel en esta estrategia nacional de prevención, igualmente traslada confianza, sobre todo porque las medidas que se requieren son conocidas y fáciles de aplicar: lavado constante de manos, uso correcto y permanente de mascarilla y distanciamiento físico. Confiar y creer que unidos solventaremos este nuevo reto es indispensable, más aún, cuando las jornadas masivas de vacunación están próximas.