Como lo saben y exponen los expertos, para que un país alcance niveles de desarrollo humano debe, primero, registrar tasas de crecimiento económico. No hay otra fórmula. No existe otro camino. Eso dice la teoría y lo refrenda la práctica.
Es en ese contexto que se deben valorar las expectativas económicas 2021 trasladadas ayer por el presidente Alejandro Giammattei y sus ministros de Finanzas y Economía, Alvaro González Ricci y Antonio Malouf, respectivamente. Las perspectivas divulgadas invitan a creer, pero también elevan la confianza en la construcción de un país más próspero, democrático e inclusivo. En una nación que no solo permita soñar, sino realizar. En una Guatemala que, como dice el Jefe de Estado, construya muros de prosperidad y ofrezca a sus ciudadanos oportunidades de realización personal y familiar.
La tasa de crecimiento del 4.5%, proyectada ayer por el Fondo Monetario Internacional (FMI), es el resultado de una política macroeconómica responsable, producto de una estrategia gubernamental, apoyada e impulsada por los sectores productivos del país.
Hay varios factores que intervienen en el crecimiento, muchos, pero ninguno tiene que ver con la suerte o la improvisación. De hecho, el Banco Mundial (BM) refirió hace un par de semanas que Guatemala y Paraguay serían los únicos países de América Latina y el Caribe que este año alcanzarían los niveles de crecimiento de 2019 (anterior al Covid-19).
Las buenas expectativas económicas las comparten instituciones serias como la Cepal y el Banco de Guatemala (Banguat). Ambas coinciden en pronosticar un crecimiento del 3.5%, aunque la administración que lidera el presidente Alejandro Giammattei es más optimista y apuesta por un cifra superior al 4.5%.
El índice de percepción de crecimiento que elabora el Banguat entre empresarios registra, en marzo, el 57.4%, la cifra más alta desde abril de 2020. Lo que advierte el porcentaje es la confianza que prima entre inversionistas y empresarios. Además, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) destaca que exportaciones e importaciones crecieron 10%. Como se anota, el crecimiento no se improvisa, razón por la cual ahora el Gobierno piensa en atraer inversiones, impulsar el comercio y fortalecer a las mipymes, pasos esenciales para prosperar y desarrollar. Está escrito y comprobado que ese es el camino.