Hassan Monteleone
Socio Economía Naranja Agexport
¡La Ai (Artificial Intelligence) o inteligencia artificial ya está entre nosotros y vino para quedarse, y como todo cambio, nos puede dar miedo o nos puede dar…¡felicidad!
Recuerdo, hace ya muchos años, cuando a las computadoras personales se les empezaba poder instalar programas de diseño como Corel Draw, que era un buen programa para diseño y a un precio asequible, por lo que muchos diseñadores, y no diseñadores, instalaban este programa en su PC.
Los invito a que jueguen, conozcan y creen cosas utilizando
la IA.
A los que sí eran diseñadores, no podían adquirir una computadora Apple (que era la oficial para diseñar) pudieron realizar de manera más fácil sus diseños, y aunque ese programa todavía no lo tenían empresas de impresión o medios de comunicación, se podían manejar vectores y fotos que en manos y creatividad de un diseñador quedaban muy bien.
Pero también muchos no diseñadores aprovechaban el acceso a este programa para cobrar mucho menos que un profesional y muchas empresas que no querían o no podían pagar uno, aprovechaban la situación. Pero con el tiempo, se pudo observar que, aunque con acceso a estos programas, se notaba la diferencia entre estos trabajos, por lo que las empresas que sí necesitaban calidad, regresaron al profesional.
Esto está volviendo a repetirse gracias a la inteligencia artificial, ya que hoy muchos programas dan acceso a que cualquier persona pueda solicitar un diseño, música, imagen, un texto para vender y hasta un cuento completo para publicar, pero no tardarán las empresas y consumidores en empezar a ver esas diferencias entre algo realmente original y algo creado por algo artificial.
Podrían preguntarse, pero si es algo nuevo, es algo original, aunque sea creado por una IA, pero si han tenido la oportunidad de realizar trabajos con ella, siempre hay que darle instrucciones o promps basadas en algo que ya un humano realizó. Por ejemplo, si es un diseño, podemos poner de referencias gráficas que ya un humano realizó, al igual al pedir una obra musical, damos las instrucciones con estilos, instrumentos que ya existen y en un escrito o al buscar información le decimos a la IA cómo pensar o cómo actuar en referencia a algo real.
Yo los invito a que jueguen, conozcan y creen cosas utilizando la IA para que puedan ver el potencial que tiene para apoyarlos como profesionales y ahí podrán ver que es solamente eso, si se sabe utilizar, una herramienta de ayuda y apoyo al profesional. A las empresas y consumidores les recomiendo que también la utilicen para que no se dejen engañar y puedan ver cuando el trabajo es real o está realizado por completo con IA para que puedan pagar el valor real de lo que están
adquiriendo.
Y a ti emprendedor que necesitas iniciar sin invertir mucho, es una excelente opción, en lo que logras crecer para poder incluir en tus futuras inversiones, el tener a un profesional y no caer en el error de que la inteligencia artificial lo haga todo.