Ingeniero Byron Gaitán
Gerente General de ZOLIC
En un mundo globalizado, donde las cadenas de suministro abarcan todo el planeta, asegurar la seguridad en el comercio internacional se ha convertido en una prioridad. Para los inversionistas, es crucial saber que las empresas con las que colaboran están comprometidas con prácticas seguras y responsables.
En este escenario, la certificación BASC (Business Alliance for Secure Commerce) se ha establecido como un estándar esencial para asegurar la seguridad y eficiencia en los procesos logísticos y comerciales.
Una empresa certificada BASC no solo protege sus operaciones, sino que también asegura un entorno confiable para los inversionistas.
La certificación BASC se originó con el objetivo de promover un comercio internacional seguro, libre de riesgos relacionados con la criminalidad, el contrabando y el terrorismo. Esta iniciativa, creada por el sector privado en colaboración con autoridades gubernamentales, busca implementar normas rigurosas que aseguren que las empresas cumplan con altos estándares de seguridad en todos sus procesos, desde la producción hasta la entrega final de los productos.
Para los inversionistas, contar con una certificación BASC es un diferenciador significativo, ya que garantiza que la empresa ha establecido un sistema de gestión de seguridad conforme a las mejores prácticas internacionales. Una empresa certificada BASC no solo protege sus operaciones, sino que también ofrece un entorno fiable para los inversionistas.
A nivel global, la Organización Mundial BASC reporta más de 4 mil 400 empresas y organizaciones certificadas. En Guatemala, el número de empresas que buscan obtener esta certificación ha aumentado considerablemente. Según datos recientes, más de 150 empresas en el país han conseguido la certificación, evidenciando el compromiso del sector empresarial guatemalteco con la seguridad y el comercio responsable.
La certificación BASC no solo se enfoca en la seguridad operativa, sino también en la mejora continua. Las empresas certificadas deben someterse a auditorías periódicas para mantener el cumplimiento de los estándares, promoviendo una cultura organizacional orientada a la excelencia. Esto, a su vez, eleva la competitividad de las empresas certificadas en el mercado internacional.