Lic. Ernesto Salvador Flores Jerez
Director de Desarrollo Cultural
En un mundo globalizado, en donde las culturas tienden a diluirse y fusionarse, la identidad cultural de Guatemala se presenta como un tesoro invaluable que debemos proteger.
Guatemala es un país rico en diversidad, en donde conviven cuatro pueblos indígenas: maya, xinka, garífuna y mestizo, cada uno con tradiciones, idiomas y costumbres únicas que forman el mosaico cultural del país.
La promoción de la identidad cultural debe ser activa y constante para el desarrollo de nuestro país.
Dentro del pueblo Maya, por ejemplo, existen 22 comunidades lingüísticas, cada una con su propio idioma y tradiciones, lo que subraya la riqueza cultural que poseemos. Nuestro país cuenta con una historia y una diversidad cultural profundamente arraigada, en el que el papel de las instituciones en pro de la promoción y protección de su identidad se vuelve esencial.
La Constitución Política de la República reconoce la importancia de preservar esta diversidad, estableciendo elementos esenciales como el idioma, las costumbres y los valores.
No obstante, la identidad cultural guatemalteca va mucho más allá, abarcando aspectos como la espiritualidad, las tradiciones, las artes, las danzas, la indumentaria, los lugares sagrados, las historias, mitos e, incluso, las formas de desarrollo económico y la ciencia. Estos elementos son parte integral de lo que significa ser guatemalteco.
En un contexto donde la globalización amenaza con hacer desaparecer nuestras costumbres y tradiciones, el papel de las instituciones es crucial, debiendo trabajar incansablemente para promover y proteger nuestra identidad cultural, ya que valorarla es reconocer que cada elemento que la compone es parte de un patrimonio único e irrepetible, que nos distingue en el mundo.
Los desafíos son grandes, la pérdida de elementos culturales es una realidad que afecta a muchas comunidades, por lo tanto, es imperativo rescatar estas tradiciones antes de que desaparezcan por completo. Sin embargo, este rescate no debe ser limitante, sino involucrar a las comunidades, permitiéndoles ser actores activos en la revitalización de su cultura, fortaleciendo de esta manera el tejido social y fomentando un sentido de pertenencia y unidad entre los
guatemaltecos.
La promoción de la identidad cultural debe ser activa y constante para el desarrollo de nuestro país. Al valorar y proteger nuestra cultura no solo preservamos nuestro pasado, sino que también sembramos las semillas de un futuro en el que nuestras tradiciones sigan siendo el pilar fundamental y el alma de Guatemala.