De formulación, garantizando que sus voces y necesidades sean escuchadas y atendidas.
2. La oferta programática y clasificador temático de juventud. Hemos identificado 146 planes, proyectos y programas que involucran a diferentes instituciones gubernamentales, con una inversión de Q964,372,216.40. A través de la Mesa Temática de la Juventud del Gabinete de Desarrollo Social, se monitorea y promueve su implementación a nivel territorial, donde las condiciones de desigualdad impactan más en la vida de las y los jóvenes. Nuestro compromiso como entidad rectora es esencial para transformar estos programas y acciones en realidades tangibles.
3. Alianzas estratégicas. Como pilar fundamental, el Conjuve continúa brindando asesoría técnica a las instituciones públicas, generando alianzas y colaborando con la cooperación internacional, gobiernos locales, sector privado y sociedad civil. De está manera ha fortalecido la estructura de los delegados departamentales para que puedan sumar esfuerzos y atender prioridades regionales que vinculen acciones contempladas en la Política Nacional de Juventud con políticas locales municipales y otros instrumentos de planificación estratégica.
4. Participación protagónica de las juventudes. Para el Consejo Nacional de la Juventud es esencial la participación juvenil para la construcción de sociedades más equitativas y justas. Involucrar a las juventudes en la toma de decisiones no solo fortalece la democracia, sino que también asegura que las políticas públicas reflejen las necesidades y aspiraciones de la población más joven.
La participación activa de los jóvenes en los procesos políticos y sociales fomenta su desarrollo.
Las y los jóvenes, con sus perspectivas innovadoras, pueden ofrecer soluciones creativas a desafíos actuales y contribuir a que un gobierno sea más inclusivo y representativo. Su participación activa también enriquece el proceso democrático porque incorpora voces diversas y promueve un diálogo más amplio y reflexivo.
Además, la participación activa de los jóvenes en los procesos políticos y sociales fomenta su desarrollo. Al involucrarse en la formulación de políticas y en la implementación de programas, los jóvenes adquieren habilidades y experiencia que los preparan para roles de liderazgo futuros.
Esta experiencia no solo enriquece su trayectoria, sino que también fortalece su contribución al país, aportando a generaciones más conscientes y comprometidas. De este modo, la inclusión juvenil no solo ayuda a formar ciudadanos, sino que también refuerza las bases democráticas.
Es esencial apoyar y promover la participación juvenil mediante políticas y programas que faciliten su involucramiento. Esto incluye la creación de plataformas para que los jóvenes expresen sus opiniones, la inclusión de sus voces en las decisiones políticas y la inversión en su educación y desarrollo.
Al hacerlo, los gobiernos no solo cumplen con su mandato democrático, sino que también aprovechan el potencial transformador de la juventud para impulsar el progreso y alcanzar compromisos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en un contexto global cada vez más complejo.