Enrique Baquero
Investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente
Generalmente utilizamos el término biodiversidad para referirnos a la riqueza de los organismos que habitan en los ecosistemas silvestres, como selvas o arrecifes.
Sin embargo, las edificaciones humanas también son ecosistemas, artificiales y acomodados por el ser humano, pero ecosistemas igualmente, que también pueden ser habitados por algunos animales.
La distribución sesgada de los animales en distintos locales depende de la presencia de alimentos.
A las especies que aparecen en las ciudades aprovechándose de las condiciones creadas por el hombre se las denomina sinántropas y a las que acaban viviendo en las ciudades, especies urbanas o sinurbanas. Las condiciones propicias en interiores para ciertos animales tienen que ver con tres parámetros: refugio, temperatura y alimento.
Más allá de nuestras mascotas, son pocos los animales que vemos fácilmente y muchos los que realmente habitan dentro de nuestras casas. Dicho de otra forma, esto significa que no hay demasiada interacción entre ellos y el ser humano: la mayoría se aprovecha de las condiciones que les brindamos sin que nos demos cuenta. En muchos casos, nuestras casas son un último refugio para ellos porque en el exterior no serían capaces de sobrevivir.
Hay un cuarto parámetro que suele explicar la presencia de algunos grupos solo en determinadas zonas de las viviendas: la humedad. Encontraremos animales en cuartos de baño húmedos por el uso de las bañeras o las duchas que no estarán en otros lugares de la casa.
La distribución sesgada de los animales en los distintos locales depende de la presencia o no de alimento, importante a la hora de explicar situaciones que llamamos “plagas” y de reconocer su identidad hasta nivel de especie.
Muchos de estos animales son diminutos, por eso no nos damos cuenta de que viven junto a nosotros. Ellos son los protagonistas de este artículo.
Los ácaros son como pequeñas arañas que podemos encontrar aprovechando la materia orgánica que dejamos en los rincones, también en nuestras camas; es la razón de la presencia de los “ácaros del polvo”, que solo son molestos para las personas alérgicas a sus pelos.
Las arañas presentes en los rincones (sobre todo los elevados), pueden servir como trampas naturales para otros animales más molestos que ellas, como los mosquitos.
Es uno de los grupos más importantes en las casas y, junto a las hormigas, coleópteros y moscas, suponen un 73 % de los “encuentros” en un hogar típico.
Las cochinillas de la humedad, son crustáceos, y respiran mediante branquias. Por eso solo están presentes en lugares muy húmedos, pues necesitan obtener el oxígeno del aire húmedo.