Gerardo Castillo
Facultad de Educación y Psicología
Los estilos educativos sobreprotectores y permisivos son actualmente los más frecuentes, pero el asertivo está considerado como el mejor.
Los estilos educativos paternos son patrones de comportamiento que los padres llevan a cabo en la relación con sus hijos, tanto en las situaciones cotidianas, como cuando hay que tomar decisiones sobre ellos o cuando hay que resolver algún conflicto. Los más comunes son cuatro: sobreprotector, autoritario, permisivo y asertivo. El estilo educativo depende mucho de lo que cada padre o madre entiende por educar, qué quiere para sus hijos y cuál cree que es su función.
Otros padres suelen pensar que la vida es muy competitiva y que sus hijos tienen que ser muy brillantes o fracasarán.
Un padre que piense que su papel es hacer que su hijo sea lo más feliz posible, y que para ello debe evitarle todo tipo de sufrimiento y resolverle los problemas propios de su edad, es un padre abonado al estilo educativo sobreprotector.
Como consecuencia, los hijos se ven a sí mismos incapaces y se acostumbran a conseguir lo que desean sin necesidad de esfuerzo y lucha personal. A ello suele sumarse la incapacidad para tomar decisiones y los sentimientos de inutilidad.
Otros padres suelen pensar que la vida es muy competitiva y que sus hijos tienen que ser muy brillantes o fracasarán. Por ello consideran que su función es imponer su autoridad y ser muy exigentes. Son los que tienen un estilo educativo autoritario, que se caracteriza por ser una autoridad arbitraria, con criterios cambiantes y pautas de comportamiento prescritas de arriba a abajo.
Como consecuencia, los hijos descubren la libertad solamente de forma reactiva (contra algo o contra alguien); consideran que nunca darán la talla que exigen y esperan sus padres. Esto suele traducirse en un mal autoconcepto, baja autoestima y ansiedad crónica.
En tercer lugar hay padres que valoran la libertad, pero la entienden mal: ser “liberales”, en el sentido de no poner normas, deberes y límites al comportamiento de sus hijos. Presumen de ser tolerantes y aspiran a ser amigos de sus hijos. No ejercen la autoridad por identificarla con el autoritarismo. Actúan según el estilo educativo permisivo. Como consecuencia, los hijos no desarrollan la voluntad y tienen poca tolerancia a la frustración.
Continuará…