Juan Pablo Sims
Investigador del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales
Chile necesitará aumentar significativamente el gasto para apoyar a la población de la tercera edad, lo que podría tensar las finanzas públicas y potencialmente conducir a niveles más altos de deuda.
Además, una fuerza laboral envejecida podría obstaculizar el crecimiento económico.
Chile podría enfrentar un futuro en el que el crecimiento económico se estanque, los niveles de vida dejen de mejorar y la deuda pública se dispare, reflejando las preocupaciones planteadas por los economistas con respecto a otras economías envejecidas.
Una fuerza laboral envejecida podría obstaculizar el crecimiento económico.
Culturalmente, Chile enfrenta desafíos adicionales. La tendencia a retrasar la maternidad va en aumento, con más mujeres priorizando la realización personal, la estabilidad profesional y la educación. Aunque estos desarrollos reflejan un progreso social positivo, también contribuyen a tasas de natalidad más bajas.
A pesar de la gravedad de esta inminente crisis demográfica, el tema de la disminución de la tasa de natalidad y una población envejecida no ha ganado la atención que merece en la política y el discurso público chileno.
Los políticos y líderes de opinión no están dando, hablando del tema, y los medios de comunicación han pasado por alto en gran medida el problema.
Este desafío demográfico debería estar a la vanguardia de las demandas y preocupaciones sociales, junto con temas urgentes como la seguridad y la economía.
Chile no puede permitirse ignorar este problema crítico. La estabilidad y prosperidad a largo plazo del país dependen de tomar medidas decisivas ahora.