Joseba Fernández de Gaztea
Profesor contratado doctor de Derecho Administrativo de la Universidad
de Navarra
La regulación agrícola. Pocos de nosotros permanecimos ajenos a las tractoradas de este invierno. Los primeros afectados en el asunto son los agricultores y sus familias.
A ellos no hace falta recordarles la importancia para su trabajo de decisiones adoptadas en la UE como el Pacto Verde Europeo o la propuesta de la Comisión (retirada) de reglamento sobre el uso de productos fitosanitarios.
La inteligencia artificial. Cuando entre en vigor el reglamento sobre inteligencia artificial que el Parlamento y los Estados acordaron en febrero, las empresas que operen en el mercado interior tendrán que calificar el nivel de riesgo de los sistemas de inteligencia artificial que empleen.
No está justificado, por tanto, el escepticismo sobre la efectividad de la actividad de la Unión Europea en nuestras vidas.
El reglamento ya está siendo objeto de crítica por el efecto negativo que puede suponer para la industria, pues implica costes adicionales, penaliza la innovación y disminuye la competitividad. Sin embargo, la norma es pionera en la protección de los ciudadanos frente a esta tecnología; por ejemplo, frente al uso habitual del reconocimiento facial por las fuerzas de seguridad.
Medidas sociales. De ámbito más restringido son algunas de las medidas sociales adoptadas por la Unión Europea. Por ejemplo las de la directiva sobre la conciliación de progenitores y cuidadores, las de la directiva acordada muy recientemente sobre el trabajo en plataformas digitales, o las de la directiva sobre la tarjeta europea de discapacidad y tarjeta europea de estacionamiento para personas con discapacidad.
La primera ha introducido un permiso de cinco días laborables al año para poder cuidar a personas que necesiten de nuestra asistencia. La segunda traslada a las plataformas digitales la carga de probar que las personas que trabajan para ellas no son sus empleados, poniéndolas así en una situación mucho más favorable cuando se trate de reclamar sus derechos laborales.
Y gracias a la tercera directiva los beneficiarios de las tarjetas recibirán el mismo trato que se dispensa a las personas discapacitadas residentes en esos países de la Unión a los que viajen para pasar estancias de corta duración. Podrán, por ejemplo, estacionar su coche en las plazas reservadas al efecto.
¿Le preocupa a usted su atención médica en otro Estado miembro? Se le tratará igual que a los residentes de ese Estado, como establece la directiva sobre asistencia sanitaria transfronteriza.
¿Ha sufrido un gran retraso en su vuelo? Probablemente tenga derecho a una compensación en los términos del reglamento sobre compensación y asistencia a los pasajeros aéreos. ¿Ha pagado usted IVA hoy? El tipo de este impuesto lo determina la normativa nacional, pero la europea es la que fija el tipo mínimo.
La lista de ejemplos podría extenderse, pero no es necesario. No está justificado, por tanto, el escepticismo sobre la efectividad de la actividad de la Unión Europea en nuestras vidas. En realidad, la carga de la prueba es, más bien, para quien argumente que no influye en nuestras vidas. Conviene tenerlo presente.