Ignacio López-Goñi
Miembro de la Sociedad Española de Microbiología
Pero, además, como su genoma está formado por varios segmentos, el virus se puede mezclar o recombinar cuando distintas cepas infectan a la vez a un mismo animal. Por ejemplo, esto puede ocurrir en un cerdo infectado por un virus de la gripe humana de tipo H2N2 y otro de aves de tipo H3N8. Dentro del cerdo, se produce la nueva estirpe H3N2 (que toma la H3 del virus de aves y la N2 del humano) y que podría infectar y multiplicarse en nuestra especie.
El cerdo actuaría por tanto como un auténtico tubo de ensayo natural. Esto explica la aparición de nuevos tipos del virus, que pueden causar pandemias porque la población humana no ha estado nunca expuesta al nuevo patógeno, no tiene defensas contra él y se puede transmitir fácilmente. La gripe son virus de aves. El hospedador natural de los virus de la gripe no es el ser humano, sino aves acuáticas como los patos o los gansos, el gran reservorio o almacén natural de la mayoría de subtipos de gripe A. Estas aves pueden propagar el patógeno y transmitirlo a aves domésticas, pero también puede infectar a cerdos, caballos, murciélagos, animales domésticos, mamíferos marinos… y, por supuesto, al ser humano. Normalmente, los virus de la gripe capaces de unirse a los receptores de las células humanas suelen ser de los tipos H1N1, H2N2 o H3N2. Es, por tanto, una zoonosis: una enfermedad de animales que pasa al ser humano.
Las pandemias de gripe. Según datos de la OMS, la gripe estacional puede llegar a afectar a unos 1 mil millones de personas al año. Causa entre 290 mil y 650 mil muertes anuales por complicaciones derivadas de la infección viral, sobre todo en menores de cinco años.
Hasta ahora ha habido cuatro pandemias de esta enfermedad: la cepa de la gripe de 1918, que era del tipo H1N1 y de origen aviar y causó la mayor pandemia de gripe de la historia, con 20-40 millones de muertos en todo el mundo.
Continuará…