SELVIN CARPIO
En 1998 se proyectaba en las salas de cine de todo el mundo la película Shakespeare in Love, del director británico John Madden. Protagonizada por Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes, la película fue todo un éxito taquillero y con grandes elogios de la crítica, valiéndole siete premios Oscar de la Academia.
La película está basada en personajes y acontecimientos reales, en un joven escritor William Shakespeare que experimenta una gran inspiración en Lady Viola de Lessex, de quien termina enamorándose perdidamente.
”Al leer sus obras, es imposible pensar que no haya estado enamorado y que tuvo que haber existido más de una musa en su vida“.
Al principio, Viola, que ama el teatro, se disfraza de hombre para audicionar por un papel en la última de obra de Shakespeare. Es de aclarar que en esa época las mujeres tenían prohibido actuar en el teatro. Obtiene el papel y cautiva a Shakespeare desde ese momento, tanto por su talento, como por su atractivo físico, esto último hace dudar al escritor, aunque finalmente se da cuenta del engaño y a partir de entonces se desata una pasión entre ambos que va desde el dramatismo hasta un romanticismo extremo plasmados magistralmente en la película y culminando con un emotivo final.
Al leer sus obras, es imposible pensar que no haya estado enamorado y que tuvo que haber existido más de una musa en su vida. Se casó a los 18 años con Anne Hathaway quien era mayor que él y con quien procreó tres hijos. Hathaway fue testigo de la fama y fortuna de su esposo y copartícipe de los lujos y comodidades de la Londres renacentista.
Los estudiosos lo tachan como un don Juan británico, un seductor sin prejuicios sociales, ya que se relacionaba por igual en la Corte de la reina, como en los mesones y burdeles, así como también de una discreta homosexualidad.
En una publicación del diario español El Mundo, se menciona al escritor George Bernard Shaw quien plantea: que la musa o la dama oscura de su inspiración era Mary Fitton, una mujer con una belleza explosiva para la época, ardiente más allá de toda mesura, que podía ser Cleopatra, Lady Macbeth y Julieta al mismo tiempo, sin perder por ello de vista al caballero al que engañaría después bajo cualquier otra de sus múltiples personalidades, todas ellas seductoras.
Sin embargo, se mencionan otras damas, Elizabeth Vernon y Lady Penelope Rich, con quienes Shakespeare jugaría el papel de amante ocasional, ellas, así como Mary Fitton y probablemente otras más, son mencionadas e inmortalizadas, ocultas con iniciales o con nombres ficticios en todas las historias de su vasta obra.
Es de mencionar en conclusión, la célebre frase que muchos de los fervientes lectores de Shakespeare resaltan como una promesa a su esposa o alguna otra musa: “La vida es muy corta para amarte en una vida, prometo buscarte en otra.”