Ezequiel Spector
Facultad de Artes Liberales
Al momento de asumir la Presidencia de Argentina, Javier Milei interpretó que el único ajuste posible para un país al borde de la hiperinflación y dramáticas alzas en los niveles de pobreza era aplicar unos meses de shock económico.
A su favor tenía entonces la legitimidad de origen que le dio un triunfo electoral contundente.
Por delante, estaba el deber de mostrar resultados concretos de avance durante su primer año de mandato.
La primera estrategia de Milei (reducción del gasto) ha sido hasta ahora relativamente exitosa.
Hoy que ya se ha cruzado el hito de los primeros cien días de Milei es posible realizar una evaluación de su radical estrategia, dividida en cuatro partes: i) dejar de financiar el gasto con emisión monetaria, lo que implicó la necesidad de hacer una drástica reducción del gasto; ii) eliminar —de un modo sin precedentes en las últimas décadas— oficinas y ministerios que absorbían montos millonarios pero que, en su visión, no habían hecho ninguna contribución real; iii) la emisión de un megadecreto “de necesidad y urgencia” que modificaba cientos de normas (entre ellas, la desregulación del mercado laboral para promover la iniciativa privada y fomentar las contrataciones, la reducción del poder de los sindicatos, la eliminación de trabas burocráticas para realizar trámites y ejercer ciertas profesiones y oficios, la derogación de controles de precios —en particular, de la llamada “ley de alquileres”—y la desregulación del mercado de medicina prepaga); y iv) el envío al Congreso de un proyecto de ley muy ambicioso, que abordaba temas totalmente diferentes entre sí —desde la privatización de decenas de empresas públicas, hasta el endurecimiento de sanciones por cortar el tránsito vehicular, pasando por reformas tributarias, electorales, previsionales y penales (como ampliación de la legítima defensa)— y además incluía la declaración de emergencia y el otorgamiento al Poder Ejecutivo de facultades legislativas en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social (así como su facultad de eliminar fondos fiduciarios millonarios; también llamados “cajas negras de la política”).
¿Qué podemos evaluar hasta ahora del resultado de esas cuatro estrategias de shock sobre un país aún muy lejano de la estabilidad añorada, y con una tensión creciente sobre su situación política, económica y social?
La primera estrategia de Milei (reducción del gasto) ha sido hasta ahora relativamente exitosa, gracias a que la segunda estrategia (reducción del aparato público) pudo implementarse rápidamente, pues estas modificaciones no requirieron la aprobación del Poder Legislativo.
Hubo en enero reiteradas protestas en la vía pública y hasta un paro general organizado por los sindicatos.
Continuará…