Jarbas Barbosa
Director de la Organización
Panamericana de la Salud (OPS)
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) acaba de relanzar su iniciativa para eliminar más de 30 enfermedades transmisibles en las Américas. Muchas son conocidas, como la tuberculosis y el VIH, pero varias son enfermedades desatendidas que afectan a comunidades vulnerables o inaccesibles, y en su mayoría son prevenibles y siempre tratables.
La malaria, por ejemplo, es una enfermedad que se esconde en los rincones de más difícil acceso de la región, que afecta a las comunidades alejadas de los servicios de salud. Aunque endémica en 84 países del mundo, su transmisión en nuestra región se concentra en zonas remotas como la cuenca del Amazonas o comunidades indígenas de Mesoamérica.
Desconectadas y distanciadas de las redes nacionales y de las campañas de promoción de salud, estas comunidades enfrentan afecciones que raramente preocupan a las poblaciones mejor atendidas. Y a medida que enferman, se empobrecen. Agotan su subsistencia para llegar a los centros de salud, pierden productividad y acaban atrapadas en un círculo vicioso. Eliminar estos padecimientos sería un paso clave hacia una mayor prosperidad.
Eliminar las enfermedades desatendidas, clave para erradicar la pobreza.
A nivel macroeconómico, se aliviarían los presupuestos sanitarios, ya de por sí limitados. Nuestra historia demuestra que es posible. Fuimos la primera región en erradicar la poliomielitis en 1994 y desde entonces eliminamos el sarampión, la rubéola y el tétanos neonatal. En los últimos cinco años, Paraguay, Argentina, El Salvador y Belice fueron certificados libres de malaria.
Estos éxitos nos demuestran que podemos hacer más. Las innovaciones pueden apoyar nuestro impulso. La telemedicina puede aumentar el acceso a la atención, las pruebas rápidas pueden facilitar la detección precoz y la reducción del costo de los medicamentos -como para la hepatitis C- puede ampliar la cura.
Más allá de las herramientas, existen también nuevas estrategias: con una dosis en lugar de dos de la vacuna contra el VPH podemos ampliar la cobertura y reducir el cáncer de cuello uterino. Mediante la búsqueda proactiva de casos de tuberculosis en poblaciones de alto riesgo, se puede reducir la incidencia y mortalidad.
Tenemos los medios, y nuestro reto hoy es asegurar que estos lleguen a las personas que más los necesitan. Los Fondos Regionales de la OPS pueden ayudar a garantizar que las vacunas, los diagnósticos y los medicamentos sean accesibles. Eliminar enfermedades como la malaria salvará vidas, evitará sufrimientos y discapacidades y ayudará a hacer frente a las desigualdades socioeconómicas en las Américas.