Hassan Monteleone
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Por ahí en un meme leí que si uno estaba triste y de bajón y con la necesidad que le subieran el ánimo la mejor solución era visitar el mercado, ya que ahí siempre lo tratan con palabras muy animadas como lo son “mi reina” “mi rey” “mi chula”, pero sin importar cómo nos chuleen, siempre finalizan con la famosa frase “¿Qué va a querer, qué va a llevar?” Una frase que lleva años y años de estar en boca de los negocios de los mercados guatemaltecos lleva, como les gusta decir a los estudiosos de mercadeo, un Call To Action. Los colores de las frutas, verduras y artesanías se mezclan con los olores de las flores y comidas que se pueden encontrar en esos maravillosos lugares, que tienen una enseñanza de cómo hacer negocios que viene de hace mucho tiempo atrás. Hoy les contaré por qué pienso así. Primero, hoy se habla mucho de la experiencia del consumidor y de cómo la tecnología ayuda a lograrla, pero los que realizan negocios en los mercados esa experiencia hacia el comprador la utilizan desde el inicio de estos. Primero, el trato es personal, si vamos seguido nos conocen por nombre, sin llevar un Excel o un CRM conocen nuestros gustos, por lo que siempre saben qué buscamos y con base en ello nos recomiendan cuando tienen producto nuevo y no dudan en presentárnoslo y tratan de buena forma en convencernos para que lo llevemos. Si vamos de forma continua con miembros de la familia y un día no llegan, preguntan por ellos y, en muchos casos, son ellos quienes nos vieron crecer y no dudan en recordarnos cuando los visitábamos acompañados de nuestros padres. Siempre tienen promociones, ya que le dicen a uno cómo le rinde mejor la compra o dan, en buen chapín, lo que llamamos un ribete o ganancia que puede ser un poco más del mismo producto o algo que por lo general no llevamos, pero quieren que lo probemos.
La mayoría de las veces tienen degustación y logran desplegar sus productos de forma en que se puedan apreciar esos colores vivos en las frutas o nos invitan a que toquemos la verdura para sentir si está en su punto, lo cual nos lleva a vivir una experiencia especial en la cual cliente-vendedor se conecta e invita a regresar la próxima semana para volverla a vivir. Lo invito a visitar su mercado local todos los domingos por lo menos tres meses seguidos, observe, analice, platique, compre y descubrirá un mundo donde las 4P´s cobran vida y el consumidor vive una experiencia especial la cual, si logramos analizarla bien, podremos llevarla a nuestro negocio.