Dr. Jorge Antonio
Ortega G. [email protected]
Una misión hermética desde el Vaticano ilumina una ruta a una paz justa. El cardenal Matteo Zuppi es el enviado a Kiev para lograr escuchar las diferentes posiciones para diseñar la ruta que permita terminar con el sufrimiento, la destrucción y las muertes innecesarias en el teatro de guerra que se transformó el territorio ucraniano luego de la invasión rusa desde el 22 de febrero de 2022.
Esta misión está envuelta en un manto de estricto secreto y, de hecho, se desconocen los interlocutores con los cuales el obispo de Bolonia (norte de Italia), Zuppi, es el presidente de los obispos italianos y se le considera un prelado de la calle, volcado hacia los más necesitados y los migrantes.
Como parte de su experiencia como mediador en conflictos bélicos se puede mencionar su participación en los acuerdos de paz de Mozambique, en 1992, y su colaboración con Nelson Mandela para el alto al fuego en Burundi, en 2003.
El conocimiento cercano de las consecuencias de la guerra ayudará a encontrar respuestas
apropiadas.
Participó en el proceso de paz de Guatemala en la década de los noventa y durante la crisis generada por la tormenta tropical Mitch entregó efectivo a las familias afectadas por parte del Vaticano. “Se trata de una iniciativa cuyo principal objetivo es escuchar en profundidad a las autoridades ucranianas sobre las posibles vías para lograr una paz justa y apoyar los gestos de humanidad que ayuden a aliviar las tensiones”, se lee en el comunicado del Vaticano, que anunció la misión del obispo Matteo Zuppi.
A pesar de la presión mediática, el nuncio embajador pontificio en Kiev y el arzobispo lituano Visvaldas Kulbokas no divulgaron con quién se entrevistará el enviado del papa Francisco. “Primero, su eminencia escuchará. Todo lo demás lo decidirá después con el santo padre.
Habrá toda una serie de encuentros, pero sería discriminatorio mencionarlos porque se trata más bien de una misión de trabajo, de estudio”, explicó en declaraciones al diario de los obispos italianos, Avvenire. En la última reunión que el presidente de Ucrania, Zelenski sostuvo con el Vicario de Cristo a mediados de mayo: “No necesitamos mediadores”, por esta posición se cree que la Santa Sede ha evitado la reunión con el mandatario ucraniano para no recibir la misma respuesta.
Ahora se busca conocer y conciliar posiciones frente a la incertidumbre de la guerra que está devastando a la nación ucraniana. Por su parte el embajador de Ucrania ante el Vaticano, Andrii Yurash, valoró la bienvenida a esta misión para conocer mejor la realidad del conflicto que azota a su nación. “El conocimiento cercano de las consecuencias de la guerra ayudará, de seguro,a encontrar respuestas apropiadas en nombre de la paz justa”;escribió en sus redes sociales.
El Óbice de este esfuerzo recae en lograr conversar con el presidente ruso, Vladímir Putin, situación gravitante para consolidar el esfuerzo del Vaticano, de hecho, aún no se ha logrado concretar una reunión con el papa Francisco, pero la esperanza de lograr iluminar el camino hacia la paz no permite desanimar las iniciativas para lograr el objetivo de detener la devastación generada por la confrontación.
El portal web del vaticano, Sismógrafo, adelantó que algunos de los interlocutores ucranianos serán el ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kulebas; el arzobispo mayor de los católicos griegos, Sviatoslav Shevchuk, y el presidente de la ConferenciaEpiscopal de la Iglesia CatólicaLatina en Ucrania, monseñor Vitalij Skomarovskyj.
“No tiene la mediación como finalidad inmediata”, sino “intenta sobre todo favorecer el clima, propiciar un ambiente que pueda conducir a caminos de paz”, anunció el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. A la iniciativa del papado da la esperanza de lograr detener esta guerra innecesaria del siglo XXI. No queda más que pedir al Creador que el cardenal Zuppisea sea su instrumento de paz.
