Dr. Jorge Antonio Ortega G.
Luego de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, en febrero del 2022, los países que conforman la Alianza Atlántica Norte invitaron a Finlandia y a Suecia a ingresar por aspectos de seguridad estratégico y aumentar las capacidades, dispositivo y composición militar frente a la amenaza latente de la expansión territorial de Rusia y su cercanía con dicho país.
Los dos países reaccionaron e iniciaron el proceso de incorporación a la alianza militar quedando pendiente Suecia, que tendrá que seguir negociando con Turquía y Hungría, que no han autorizado su candidatura.
El ingreso de Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN redibuja el teatro de guerra debido a los 1300 kilómetros de frontera que comparte con Rusia; además, aporta a la organización un contingente de 280 mil soldados y el mayor arsenal de artillería en Europa. Los representantes europeos y norteamericanos han dado la bienvenida al país nórdico.
“Finlandia ahora tiene los amigos y aliados más fuertes del mundo”, reiteró el secretario general de la alianza Jens Stoltenberg en el momento de la proclamación del ingreso de Finlandia como el miembro numero 31 de la alianza.
Para ello, es necesario bajar la escalada del conflicto, hacer un esfuerzo integral derivado de la voluntad política de terminar la guerra; sin ello no hay alternativas.
La incorporación de Finlandia significa que automáticamente queda protegido por el artículo quinto de la alianza, que considera que un ataque contra uno de sus miembros es como uno contra todos. Rusia no tardó en declarar que la ampliación de la OTAN “es un ataque a nuestra seguridad y a nuestros intereses, y esto nos obliga a tomar contramedidas”, declaró el vocero del Kremlin, Demitri Peskov.
En 2016 lanza advertencias Putin contra el ingreso de Finlandia a la Alianza Atlántica: “Cuando miramos ahora al otro lado de la frontera vemos a un finlandés. Si Finlandia se une a la OTAN, veremos a un enemigo”.
“El presidente Vladímir Putin quería cerrar las puertas de la OTAN. Ahora mostramos al mundo que ha fracasado, que las agresiones y la intimidación no funcionan”, expresó el secretario general de la Alianza, Stoltenberg.
Finlandia, desde el fin de la segunda Guerra Mundial, se mantuvo neutral, pero en 1948 firmó un Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua con la Unión Soviética. De él derivaron las relaciones a lo largo de la Guerra Fría. Debido a ello y otras circunstancias, el Estado finlandés optó por no incorporarse a la OTAN, al igual que otros países europeos del Este.
En 1994 se unió a la Asociación para la paz de la OTAN y un año después a la Unión Europea, pero quedaba pendiente su integración a la Alianza militar, decisión que fue tomada debido a la invasión de las fuerzas militares rusas al territorio ucraniano, lo cual se consideró como una amenaza latente para los vecinos de Rusia.
Los eventos políticos, económicos, diplomáticos y militares van consolidando la prospectiva sobre la expansión de conflicto hacia otras latitudes, el escenario bélico se está transformando, la dinámica de la confrontación esta acelerando los acontecimientos que pueden confluir en una generalización de la guerra o en el paso a descongelar la negociación para un alto el fuego y diseñar la ruta hacia la paz. Pero para ello es necesario bajar la escalada del conflicto, hacer un esfuerzo integral derivado de la voluntad política de terminar la guerra; sin ello no hay alternativas.
Con forme se aglutinan las alianzas de uno y otro bando, se mantiene la incertidumbre del destino de la humanidad debido a la tentación del uso de armas de destrucción masiva (químicas, biológicas y nucleares); por el momento, las posiciones se ven enconadas, los combates continúan, la devastación aumenta y la muerte… continúa como reina y señora del teatro de guerra.