Sebastián toledo
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Históricamente, las ciudades se han diseñado y construido sin considerar a los distintos grupos de población, por lo que proliferan las barreras que limitan su participación en igualdad de condiciones, siendo este el caso de las personas con discapacidad. Las barreras se clasifican en físicas y sociales, referidas estas últimas a la actitud del entorno, ya que sus prácticas y costumbres le pueden llevar a incurrir en actos que afecten a los demás.
Se comprende que para eliminar las barreras físicas se deben impulsar procesos prolongados, pero es una tarea que debe hacerse para facilitar la movilidad de las personas con discapacidad, de mujeres en período de gestación, madres con carruajes y las personas de mayor edad. Un esfuerzo en el que empiezan a observarse algunas acciones, pero es innegable que aún hace falta mucho para alcanzar comunidades amigables.
Sin embargo, las barreras derivadas de la actitud se pueden erradicar con la toma de conciencia sobre la consideración de los demás en cada uno de los actos que practiquemos diariamente, porque son situaciones que dependen de nosotros mismos. La falta de educación hace que las personas con discapacidad se expongan a múltiples peligros, arriesgándose a incrementar sus limitaciones ante la posibilidad de otra discapacidad.
Una de las prácticas muy comunes es la costumbre de estacionar motocicletas sobre las aceras.
Una de las prácticas muy comunes es la costumbre de estacionar motocicletas sobre las aceras, en especial frente a comercios que se apoyan en repartidores o prestar servicios de mensajería. Una persona ciega al no percatarse de la motocicleta, corre el riesgo de golpearse, quebrar su bastón o botar el aparato; los usuarios de silla de ruedas, andadores y muletas, muchas veces deben bajarse de la acera para evadir el obstáculo.
En el caso de quienes pueden librarse de esta manera, se exponen a otros peligros, porque al bajarse de la acera, deben transitar por la calle, donde algún vehículo los atropelle, causándoles serios golpes que agravarán su condición de discapacidad.
Las municipalidades deben poner atención a este problema. Es cada vez más frecuente observar no solo las motocicletas estacionadas sobre las aceras, sino también vehículos mal parqueados, los que significan un grave riesgo para cualquier persona, indistintamente de que tenga o no una
condición de discapacidad.