Daniel Dols Bruno
Revista Nuestro Tiempo
Si se le pregunta a un chat de inteligencia artificial quién es Joan Didion, responde con una metralleta de datos biográficos: “Es una escritora estadounidense, conocida por sus ensayos y novelas que abordan cuestiones desde la política y la cultura al estado de la nación. Nacida en Sacramento, California, en 1934, Didion comenzó su carrera de periodista y escribió para Vogue y The New York Times.
Es autora de varios libros y sus obras se caracterizan por su estilo lúcido y preciso, y por su capacidad para explorar temas complejos y profundos de manera reflexiva y perspicaz. Didion ha sido galardonada con varios premios, incluyendo el National Book Award y la National Medal of Arts. Se la considera una de las escritoras más influyentes y respetadas de su generación, y su trabajo ha sido traducido a varios idiomas”.
Pero quizá la mejor manera de empezar este artículo, de asomarse a la complejidad interior de Joan Didion, sea remontarse al verano de 1968. La inteligencia artificial no lo menciona, ni lo dijo la voz de la megafonía de la Casa Blanca, pero un médico de la clínica psiquiátrica del Saint John’s Hospital de Santa Mónica escribió entonces el siguiente informe después de un ataque de vértigo y náuseas, justo cuando Los Angeles Times la nombró Mujer del Año junto a Nancy Reagan:
Nacida en Sacramento, California, en 1934, Didion comenzó su carrera de periodista y escribió para Vogue y The New York Times.
“Su test de Rorschach describe una personalidad en proceso de deterioro con numerosas señales de hundimiento de las defensas y una incapacidad en aumento del ego para hacer de intermediario con el mundo real y para soportar el nivel habitual de estrés […]. En un sentido puramente técnico, los controles afectivos básicos parecen intactos, pero está igualmente claro que en el momento presente lo que está manteniéndolos de forma débil e insegura es una serie de mecanismos de defensa que incluyen la intelectualización, los mecanismos obsesivo-compulsivos, la proyección, la reacción-formación y la somatización, todos los cuales parecen ahora incapaces de controlar o contener un proceso psicótico subyacente y, por tanto, se encuentran en fase de colapso […]. Las producciones temáticas que hace la paciente del test de Apercibimiento Temático enfatizan su visión fundamentalmente pesimista, fatalista y depresiva del mundo. Parece tener la profunda convicción de que todo esfuerzo humano está abocado al fracaso”.
Ese mismo año viajó mucho por el país para hacer reportajes. En el interior de la puerta de su armario pegó una lista que le permitía preparar la maleta sin pensar en caso de que tuviera que desplazarse. Siempre metía faldas, camisetas, leotardos, un jersey, zapatos, medias, sujetador, camisón, batín, pantuflas, cigarrillos, bourbon, champú, cepillo y pasta de dientes, jabón Basis, maquinilla, desodorante, aspirinas, medicinas, Tampax, crema facial, polvos, loción infantil, un chal de mohair, máquina de escribir, cuadernos pautados, bolígrafos, fichero y llaves de casa.
Continuará…