Daniel Dols Bruno
Revista Nuestro Tiempo
“La casa en la que estábamos era como un burdel con habitaciones oscuras, gruesas alfombras, tanques de alcohol y una generosa variedad de drogas”, dijo Mick Fleetwood. El horario de grabación comenzaba a eso de las siete de la tarde, cuando llegaban al estudio para escribir y probar sonidos. Después se iban de fiesta, cada uno por su lado. De madrugada volvían a juntarse para grabar y cuentan que todos los días al menos uno de ellos terminaba llorando.
Las letras, a cargo de Christine McVie, Nicks y Buckingham, son el diario en el que volcaron lo que estaban atravesando. Los dardos de Buckingham están presentes en canciones como Never Going Back Again, Go Your Own Way o Second Hand News (“Una cosa creo que deberías saber: no te voy a echar de menos cuando te vayas”). Los de Nicks en I Don’t Wanna Know, Silver Springs o Dreams (“Escucha con atención el sonido de tu soledad”). Los de McVie, la menos agresiva, en Don’t Stop o Songbird (“Y te deseo todo el amor del mundo, pero sobre todo lo deseo para mí”).
El horario de grabación comenzaba a eso de las siete de la tarde, cuando llegaban al estudio para escribir y probar sonidos.
Y entre todos esos mensajes cruzados surge The Chain, la única canción firmada por todos y una de las más conocidas y versionadas. Con una melodía firme y llena de rabia, la letra aparece como una declaración de intenciones en donde se habla de una cadena que nunca se rompe y que les mantiene
juntos.
En 1977 se publicó Rumours, titulado así por todas las noticias que aparecieron publicadas en la prensa mientras lo grababan. Estuvo ocho años en el Top-100 de ventas de Reino Unido y es el noveno disco más vendido de la Historia.
El batería de la banda, Mick Fleetwood, dio así por zanjado el asunto: “Nuestros traumas y esfuerzos dejaron de importar en cuanto Rumours alcanzó el número uno de ventas el 21 de mayo de 1977, y desbancó a Hotel California, de los Eagles”.