Lic. Francisco Leal
Dirección de Investigación, DIADI/INAP
[email protected]
La capacidad emprendedora es tal vez lo que mejor caracteriza o define al emprendedor en el ámbito público, esto es, anticiparse a las urgencias de los ciudadanos e incluso superar sus necesidades.
Dicho esfuerzo conduce a una espiral ascendente en el llamado proceso de mejoramiento continuo de la calidad del servicio brindado por las instituciones públicas. Conduce su acción hacia una dinámica de “llegar a ser” antes que limitarse al “ser”, visionado el futuro como un hoy, un presente.
Emprender es intentar superar situaciones actuales por un modelo deseado, por lo que la acción es su elemento clave.
El emprendedor será quien ejecute actos con algún sentido o intencionalidad, preferentemente con un espíritu creador y transformador. Para que ello sea posible, dichas acciones no deben apuntar a “cómo deben hacerse” sino como producir cambios innovadores que sean útiles para la sociedad, por lo que la capacidad creativa por ser la antítesis del carácter emprendedor.
El carácter emprendedor de una persona es el resultante de varios atributos que le determinan su forma de ser y de actuar.
El carácter emprendedor de una persona es el resultante de varios atributos que le determinan su forma de ser y de actuar. Algunos de estos atributos son: innovador, flexible, seguro de sí mismo, dinámico, capaz de asumir riesgos, creativo, tiene expectativas de crecimiento, es oportunista y audaz.
Estas características humanas que tipifican al emprendedor no son innatas, es decir que no se traen al nacer, sino que son adquiridas. Al ser rasgo del carácter, estas se pueden aprender y aprehender.
Con esto, se reconoce que el medioambiente o entorno es determinante en la formación de dichas características emprendedoras.
De lo que sí existe consenso es que el emprendedor pone énfasis en las oportunidades más que en los recursos, los cuales son muchas veces limitados, especialmente en la Administración Pública.
Esta capacidad de aprovechar oportunidades (oportunismo), complementada con la orientación estratégica y el compromiso con los recursos, es la que tipifica al funcionario público emprendedor de los demás funcionarios.