Dr. Jorge Antonio Ortega G.
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Un crimen de guerra lo tipifica el Artículo 8 del estatuto de la Corte Penal Internacional. Según esta normativa jurídica, se entiende:
Matar intencionalmente, someter a tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos; infligir deliberadamente grandes sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física o la salud; destruir bienes y/o apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares a gran escala, ilícita y arbitrariamente; obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar servicio en las fuerzas de una potencia enemiga; privar a un prisionero de guerra o a otra persona de su derecho a un juicio justo e imparcial; someter a deportación, traslado o confinamiento ilegal y tomar rehenes.
También están incluidos los ataques intencionalmente dirigidos contra la población civil y las instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una operación de mantenimiento de la paz o asistencia humanitaria de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas; daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al ambiente natural que sean claramente excesivos en relación con la ventaja militar general, concreta y directa que se prevea; atacar o bombardear por cualquier medio, ciudades, aldeas, pueblos o edificios que no estén defendidos y que no sean objetivos militares, y causar muerte o lesiones a un enemigo que haya depuesto las armas o que, al no tener medios para defenderse, se haya rendido a discreción, entre otros.
En las fiestas de fin de año, en el teatro de guerra no habrá paz para los hombres de buena voluntad.
El presidente ruso, al margen de una ceremonia protocolaria de entrega de la “Estrella de Oro” y el título de Héroe de Rusia en la Sala San Jorge del Kremlin a diez miembros de las fuerzas militares rusas que participaron en la invasión a Ucrania, declaró: “Sí, lo hacemos, pero ¿quién comenzó?”
Los bombardeos son una respuesta contundente a la explosión que dañó el puente de Crimea construidos por Rusia y otros ataques imputados a las fuerzas militares ucranianas como el hecho de hacer saltar las líneas eléctricas de la central nuclear de Kursk, región rusa fronteriza de Ucrania y de no abastecer de agua al bastión separatista prorruso de Donetsk en el este del país.
“El no abastecer de agua a una ciudad de 1 millón de habitantes es un acto de genocidio”, aseguró Putin, y acusó a los países occidentales de cerrar los ojos ante esas acciones que, según él, son responsabilidad de Kiev.
Desde octubre, Rusia ha intensificado los ataques con misiles contra infraestructuras energéticas civiles, dejando a millones de ucranianos sin luz, agua y calefacción en momentos en los que el invierno septentrional llega con temperaturas bajo cero, lo cual paraliza las actividades del día a día de las poblaciones y las operaciones militares se complican en su mimetismo, movimiento, abastecimiento, visibilidad y otras circunstancias vitales para la supervivencia en el campo de batalla.
Retomando la retórica de la historia militar de Rusia, su líder lanzó una arenga: “Nos inclinamos ante nuestros antepasados, que crearon la gran historia de Rusia llena de victorias, y estamos orgullosos de los soldados, oficiales, voluntarios, milicianos que luchan ahora en una operación especial”, y al dirigir su mensaje a los condecorados, reafirmó: estos hombres “realizan misiones de combate con honor, protegen la vida y la dignidad de nuestros conciudadanos y defienden nuestro derecho común a determinar nuestro propio destino…” “Cada uno de ustedes es un héroe. Y realmente quiero que sientan el calor de nuestros corazones, el calor de este apoyo verdaderamente nacional”.
Lo anterior, aunado al argumento de la operación especial contra Ucrania para liberar a Donbás y proteger a los ciudadanos de un supuesto genocidio. Así lo publican las fuentes abiertas (AFP y EFE).
Las fiestas de fin de año se acercan y en el teatro de guerra no habrá paz para los hombres de buena voluntad.
